El “vikingo” que encauzó la gesta

El “vikingo” que encauzó la gesta
El catoirense Sergio Álvarez fue determinante en el Metalist Stadium


Es difícil e incluso injusto quedarse con un solo protagonista en el Celta tras la épica clasificación lograda el jueves para los 1/8 de final de la Uefa Europa League en el Metalist Stadium de Kharkiv, en Ucrania. Pero si hubo un jugador que con su actuación mantuvo la ilusión del equipo y de todo el celtismo durante muchos minutos ese fue Sergio Álvarez, “o gato de Catoira”. El arousano se exhibió. De principio a fin. Lo hizo en un partido que será difícil de olvidar, por su frenético ritmo y por su ida y vuelta constante no apto para entrenadores amantes del rigor táctico.

El Celta se lanzó en busca del gol que igualase la eliminatoria desde el saque de centro. Y ya no se dio tregua. Asumió riesgos y los ucranianos aprovecharon los espacios para generar también ocasiones claras. Pero ahí estuvo Sergio, una y otra vez, abortando cualquier remate local. A los diez minutos, primera parada decisiva. Doble. Repelió un centro de Taison y en la misma acción, un remate a bocajarro de Kovalenko. Con determinación, valentía y agilidad.

Cuando estás en el alambre y cada jugada en las áreas puede decidir una eliminatoria, contar con un portero que demuestra esa seguridad transmite confianza a los compañeros. Antes del descanso el “vikingo” volvió a salvar a su equipo. Esta vez al repeler una volea de Taison. Otro paradón, mientras su homólogo del Shaktar, Pyatov, no le iba a la zaga sacando manos salvadoras en ajustados remates de Iago Aspas.

Sergio continuó su recital en la segunda parte, porque empezaron mejor los locales. Parecía que el Celta se resquebrajaba. En los peores momentos del equipo, Sergio mantuvo el tipo. Primero salvó con el pie un remate de Fred dentro del área y luego en otra demostración de reflejos sacó una mano providencial en un cabezazo prácticamente en área pequeña de Gustavo Blanco. Volvió a aparecer solo unos minutos después, de nuevo en un remate de cabeza de Gustavo Blanco.

Sergio estaba inconmensurable. Con un portero en estado pletórico no puedes perder. Eso debieron pensar sus compañeros, que ayudados también por la entrada de Jozabed, retomaron el mando y volvieron a la carga. Asediaron y tuvieron premio. En un penalti inexistente, sí, pero eso no quita que no merecieran el gol. Llegó y con el 0-1 la prórroga. Luego marcó Cabral y todo fue más sencillo. Al final del partido Sergio Álvarez acaparaba gran parte del protagonismo mediático. Pero humilde y sencillo, como es él, se acordó de sus compañeros, de los que jugaron y de los que no lo hicieron. Habló de triunfo del equipo y elogió su espíritu de pelea.

A sus 30 años, lleva trece temporadas en el club olívico. Las siete últimas en el primer equipo. Ha completado grandes actuaciones, pero quizá la del jueves en Ucrania será una de las más recordadas, no solo por sus aciertos sino también por la convicción que demostró en conseguir la gesta. Catoira sigue representada por los estadios de Europa.Tras Ucrania espera Rusia.

El “vikingo” que encauzó la gesta

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