El Xuven también sabe sufrir

El Xuven también sabe sufrir

El Xuven Conservas de Cambados vuelve a tener balance positivo, con 3 victorias y 2 derrotas. La tercera llegó ayer de un modo muy diferente al de las dos anteriores. Sin el baloncesto habitual del equipo cambadés y en un final apretado. Una victoria tan trabajada como sufrida, que incluso estuvo en serio peligro, pero de esas que jugadores, técnico y aficionados saborean mejor. Y una victoria de un gran valor, de esas que ahora no lucen tanto pero que al final resultan vitales.
El Conservas de Cambados debía afrontar el partido con la necesidad de superar las ausencias de Rafa Wildner y Ander García y después de una semana complicada de entrenamientos. Pero es que el Zornotza se presentó en Cambados todavía peor. Mikel Garitaonandía no pudo contar con dos jugadores claves en la dirección, Toni Lorenzo y Marcos Casado, y se presentó con solo nueve jugadores. Y para colmo su pívot canadiense Bandoumel se cargó con tres faltas en la primera parte. Pero es que en realidad el técnico vasco solo utilizó a siete jugadores porque el joven Moran solo estuvo un minuto en pista y Ocerín ni salió. Pero es que los que sí jugaron lo dieron absolutamente todo y demostraron una competitividad extraordinaria.
Con los dos equipos sin todos sus argumentos sucedió lo esperado, que no se viese el mejor baloncesto sobre el parqué de O Pombal. Fue un partido trabado, de mucha pelea y esfuerzo, con muchísimas pérdidas de balón y que siguió el guión de la igualdad, aunque con los locales llevando el mando en la mayor parte del partido.
Yago Casal premió a Juan Mato con la titularidad después de su gran partido en Marín y ya en las primeras jugadas los vascos encontraron muchos problemas para anotar. Dos robos de balón y un triple de Merino daban el mando al Conservas de Cambados en un primer cuarto que fue el más cómodo. Realmente el único. A partir de ahí, a trabajar y a sufrir.
El segundo cuarto fue un cúmulo de despropósitos ofensivos. Zornotza empezó a usar la defensa zonal, consciente de los problemas en el tiro de los cambadeses. El partido se volvió feo, de poca continuidad y de un goteo anotador que llevó el choque hasta el 33-28 con el que se llegó al descanso. Y todo abierto para la segunda mitad. Pero ya en la grada se empezaba a asumir que la victoria no iba a ser barata.
El inicio del tercer cuarto lo apretó todo mucho más y a partir de ahí el partido ya no tuvo dueño. Un 0-7 de parcial permitió a los vascos ponerse por primera vez por delante en el marcador (33-35) después de tres jugadas consecutivas de 2+1. Y para colmo Merino cometió su cuarta falta y aumentaban los problemas. Llegó el momento de demostrar carácter y personalidad. De no bajar los brazos y de pelear. Zornotza demostró una enorme competitividad y el Conservas de Cambados se contagió. Norman despertó para meter un triple que dio aire al equipo (44-39) y al último cuarto llegaron los de Yago Casal con seis puntos de renta (48-42).
El partido parecía romperse en el arranque del último período. Un par de robos de balón, un triple de Taylor y una antideportiva de David Quero hicieron que el conjunto local abriese una brecha de 12 puntos (54-42) y lo lógico era pensar que ya no había marcha atrás. Pero casi acto seguido una técnica a Yago Casal dio vida al Zornotza. Fue tras una falta de tiro y la consecuencia fueron tres tiros libres anotados y para colmo, en la posesión posterior, llegó un triple. Seis puntos seguidos que volvieron a apretar el marcador. Y poco a poco, con un Ibon Carreto en plan estelar, los visitantes fueron recortando punto a punto hasta ponerse a solo a uno a falta de tres minutos (61-60). Y ahí apareció la afición. Para esto también sirven los partidos de final apretado, a los que no se estaba acostumbrado en O Pombal. Con 63-62 a falta de 2 minutos y medio todo eran dudas y preocupación. Pero si hay alguien sin miedo es Alberto Rodríguez. Salió a pista y tomó el mando. Un 2+1 suyo concedió un mínimo de tranqulidad (66-62). Pero la clave fueron cuatro acciones defensivas perfectas. Cuatro ataques de Zornotza que ni siquiera acabaron en tiro. Pero al Xuven le faltó cerrar el partido y llegó un final a cara o cruz. Con 68-66 a falta de 13 segundos casi estallan los corazones de los aficionados. Emilio perdió el balón, pero reaccionó con un tapón salvador. Aún faltaban 8 segundos y con balón visitante. Pero Bandoumel falló el tiro y Emilio se quedó el rebote recibiendo una antideportiva de rabia de Carreto. Y ahí se acabó un partido y una victoria tan importante como trabajada.

El Xuven también sabe sufrir

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