La clerecía gallega luchó contra las tropas napoleónicas en Lugo y La Coruña

La clerecía gallega luchó contra las tropas napoleónicas en Lugo y La Coruña
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Numerosos clérigos gallegos se sumaron al alzamiento en Galicia contra el invasor francés y asistieron a los encuentros de armas. En este capítulo, nos hacemos eco de los que lucharon en la zona de La Coruña y Lugo, en una amplia extensión de territorio. 

Abad de Montefaro
Nace en el siglo XIX y levanta a los feligreses del término de Mugardos contra el invasor. Actúa realizando ataques aislados, ocasionando numerosas bajas al enemigo. Por ello, el 25 de febrero de 1809, envían a la localidad 2.400 soldados de las fuerzas napoleónicas para limpiarla de guerrilleros, sin lograrlo. 

Andrés Aguiar y Caamaño
Nace en San Salvador de Cervaña en el año 1728. Fue teólogo, graduado en Artes y Teología y licenciado en Filosofía en la Universidad de Santiago. Dirigió el colegio San Clemente de Compostela en 1755. Un año después gana la magistralía a la Colegiata de la Coruña, donde fue maestre-escuela. 
Carlos IV le ordenó caballero de la Real Orden de Carlos III y, más tarde, le concede el obispado de Mondoñedo. En el desempeño de este cargo, tiene lugar la invasión francesa, lo que le ocasiona numerosos problemas, concediendo amplias sumas de dinero para fomentar la lucha armada contra el invasor. Fallece en Mondoñedo en el año 1816 y su testamento recoge que lega sumas importantes al culto y obras benéficas de los lugares en donde estuvo destinado. 

Fray Francisco Alonso
Franciscano del convento de Alcántara (Mondoñedo). En 1810 accede al cargo de jefe de alarmas de la ciudad y dispone de cuadrillas para preparar al pueblo, evitando que este pueda ser sorprendido por las acometidas francesas.

José Beda Peña
Abad de San Vicente (Mondoñedo), llega a presidir la Junta de Mondoñedo y arenga a los feligreses a levantarse contra el dominio francés. Procura los recursos precisos para el Ejército y pone en marcha la organización del Batallón de Monforte, el cual está integrado por un millar de efectivos al mando del teniente coronel Antonio Ponce. Este batallón combate por vez primera en Melide y luego, en Sobrado; para acabar incorporándose al célebre Batallón del Miño, con el que participa en diversos encuentros de armas fuera de Galicia.

Fray Cristóbal Juan Conde García
Franciscano, natural de La Guardia (1768) que, por mandato de la Junta de Monforte, participa en la guerra de 1809, pasando a las jurisdicciones de Mesía y Melide, en donde reúne una partida de paisanos que, ayudados por el batallón de Lemos, expulsan de Melide y su entorno a la división de Marconet, causándole grandes bajas.

Juan García Losada
Clérigo de la parroquia de Santa María do Val (Melide) que, junto al padre Conde, combaten en unión con una partida de milicianos, en los términos  de Melide, al invasor francés. Con su intervención impiden la libre comunicación de las tropas francesas que iban de Lugo a Santiago, sosteniendo contra estas, dos reñidos combates. 
El 28 de mayo de 1809, el cura do Val, al frente de sus guerrilleros sorprende a una compañía de Dragones del regimiento número 17, poniéndolos en fuga, tras causarles seis muertos y tener varios prisioneros. En represalia a esta acción, el mariscal Ney envía al general Marconet, al frente de 700 soldados de caballería y mil de infantería, para arrasar la villa. El cura do Val se entera y reúne a todos sus feligreses y se entabla un duro combate el 18 de junio. Dura cerca de nueve horas, logrando los paisanos rechazar el asalto francés, haciéndoles huir en desbandada pasando el puente de Lugo, el cual se cortó para mayor seguridad. Al día siguiente, se le hacen llegar al general de la Carrera los informes que se habían interceptado, sobre las órdenes que el general Marchand le hace llegar a Marconet.

Fray José López
Clérigo que narra los desmanes cometidos por los franceses en Vivero y detalla lo acontecido de la siguiente manera: “El general Mathieu que dirigía las tropas de Mondoñedo, llevado de su carácter duro, cruel e inmoral, venía con el monstruoso plan de incendiar esta población y degollar a sus habitantes, lo que ha realizado en parte con la muerte de más de 200 hombres que halló indefensos en su tránsito; más Tren, que comandaba las de Ferrol, y se posesionó primero de la plaza, o por ser menos sanguinario o no aniquilar un puerto que contemplaba útil para su amo, suspendió el degüello  y se contentó con entregarlo a un saqueo de tres días y siete horas. ¡Tres días y siete horas! De horror, espanto y asolación para la villa de Vivero. Las iglesias unas han sido robadas, otras profanadas y en la inmediata de Cillero arrasadas con sacrílega osadía las Sagradas Formas, para hacer suyo el preciado copón, porque así se lo dicta su barbarie”.

Fray Manuel López
Clérigo, natural de Vivero, acude a la llamada de la defensa del Ferrol, en donde es hecho prisionero con sus seguidores por los afrancesados. Logra evadirse de su cautiverio y participa en numerosos encuentros contra los franceses. Es nombrado, en premio a sus servicios de armas, con el empleo de teniente de granaderos. Morirá en el sitio de Valencia luchando contra las tropas de Napoleón.

Juan Martínez Villaverde
Clérigo que participa como miliciano y, en 1813, es párroco de San Lourenzo Dagolada, de San Xoán de Lastra y de San Xulián de Freixo, del arzobispado de Lugo. En esta zona organiza una partida realista entre 1822-1823, para luchar contra los liberales, por cuya acción será nombrado canónigo de Mondoñedo en 1828. Se convierte, en 1834, en un combatiente por los derechos dinásticos del sucesor a la corona de España y es uno de los hombres más activos en la lucha guerrillera carlista en Galicia, contra los liberales. Llegará a ser presidente de la junta carlista de Galicia y toma parte activa como destacado carlista, pese haber sido oficial liberal. Juan Villaverde era un convencido absolutista. Muere en San Juan de la Luz en 1843.

Benito Antonio Medela
Franciscano, natural de Santa María de Beade (Orense), nace en 1771. Se instala en La Coruña en 1809 y publica todas sus obras. Como orador defiende a los  guerrilleros que luchan contra el invasor; más adelante, lo hará contra los liberales. Defendió la monarquía absoluta en sus sermones, frente a los constitucionalistas, a los que tachaba de parásitos contra el rey y el orden establecido por la corona. Fallece en la ciudad herculina en el año 1829.

José Neira
Cura de la parroquia de Oiras (Mondoñedo) interviene, desde 1810, como jefe de alarmas en la ciudad; cuya fuerza está compuesta de hombres entre los 16 y 50 años, para hacer frente al invasor y alarmar a las comarcas de su presencia, con el objetivo de que los guerrilleros tomen posiciones y el pueblo, en su mayor parte, sea evacuado ante el peligro.

La clerecía gallega luchó contra las tropas napoleónicas en Lugo y La Coruña

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