El debate para la reforma de la Constitución, en barbecho a la espera del 21-D

El debate para la reforma de la Constitución, en barbecho a la espera del 21-D
Momento del izado de la bandera de España en la plaza de Colón de Madrid | emilio naranjo (efe)

La siempre pendiente reforma de la Constitución, que ayer cumplió 39 años, parece haberse quedado en barbecho a la espera del resultado de las elecciones en Cataluña y sobre todo de saber quién conseguirá formar gobierno, una completa incógnita que marcará el devenir político de los próximos tiempos.
Todos miraban de reojo a Cataluña en la recepción solemne por el día de la Constitución que reunión ayer en el Congreso al Gobierno en pleno, líderes políticos, presidentes autonómicos, diputados y senadores y altas instituciones del Estado.
A un año de cumplir las cuatro décadas y con una crisis territorial sin parangón en la historia democrática, el debate sobre la reforma de la Carta Magna ha ido ganando enteros en los últimos meses con la vista puesta en el desafío independentista en Cataluña. Marcó los tiempos el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que se mostró dispuesto a hablar sobre esa reforma pero solo si hay un amplio consenso y cuando exista “una idea clara de lo que hay que hacer”.
En ningún caso, garantizó, para contentar a quienes, como los independentistas, quieren liquidar la Constitución y, con una línea roja, la defensa de la soberanía nacional.

Retincencia
Rajoy se muestra reticente y el líder del PSOE, Pedro Sánchez, está convencido de que al PP no le va a quedar otra que sumarse a ese impulso de modernización y actualización de la ley de leyes. Sánchez apostó a que en 2018, año en que la Constitución cumple 40 años, será cuando se empiece a trabajar en su actualización.
La propia presidenta del Congreso, Ana Pastor, esbozó en su discurso una puesta al día de las normas de convivencia, un debate que sitúa siempre en el Parlamento, la sede de la soberanía nacional. Pastor abogó por una reflexión “en profundidad” para incorporar a la ley de leyes los “cambios y transformaciones” que permitan dar continuidad a “nuestra historia de éxito” pero buscando siempre “más lo que nos une que los que nos separa”.
No obstante y al mismo tiempo, la presidenta del Congreso defendió la vigencia de la actual Carta Magna como “freno” y “guardián” frente a quienes intentan saltarse la ley, en referencia los líderes independentistas catalanes.
El partido que no ve mayorías ni “números” para reformar la Constitución es Podemos, que renuncia a incorporarse a la comisión sobre el modelo territorial que se pondrá en marcha en enero en el Congreso. Por contra, Pablo Iglesias pidió abrir un “gran diálogo de país” centrado en lograr un nuevo acuerdo social, un pacto territorial y un acuerdo frente a la corrupción, tres ejes que cree que deben sustentar el debate constitucional.
También en clave electoral, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, aprovechó la recepción del Día de la Constitución para hacer campaña por su candidata en Cataluña. Cree Rivera que Inés Arrimadas es la “garantía” para unir a los catalanes entre sí y que Cataluña “se dé la mano” con el resto de los españoles.
La Constitución, “ahora más que nunca”, señaló, “hay que aplicarla”, como se ha demostrado en Cataluña con la entrada en vigor del artículo 155 para garantizar la ley y el Estado democrático.
Un 155 defendido también por Rajoy, que afirmó que ese artículo es “plenamente constitucional y democrático” y que existe en todos los países de nuestro entorno. Artículo que ha permitido convocar las elecciones catalanas del 21 de diciembre, esos comicios frente a los que todos contenían ayer el aliento en el 39 aniversario de la Constitución.

El debate para la reforma de la Constitución, en barbecho a la espera del 21-D

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