Los españoles reconocen con aplausos la fortaleza de los niños

Los españoles reconocen con aplausos la fortaleza de los niños
Vecinos coruñeses salen a sus ventanas para aplaudir a los más pequeños | pedro puig

La cita de cada tarde a las 20.00 horas es ya un clásico del confinamiento. En todas las ciudades y pueblos los españoles salen a sus ventanas para homenajear con un gran aplauso a los sanitarios que luchan en primera línea contra el coronavirus y a las fuerzas y cuerpos de seguridad y emergencia que apoyan con su labor el combate contra el Covid-19. Pero ayer fue un día diferente.

Dos horas antes de la cita de cada jornada hubo un aplauso muy especial, el dedicado a los niños, pequeños sufridores de una situación que en la mayoría de los casos ni siquiera entienden. Y una hora después del aplauso del las ocho, a las 21.00 horas, miles de personas se asomaron de nuevo a sus balcones y ventanas para agradecerle al fundador de Inditex, Amancio Ortega, sus donaciones y su trabajo para ayudar a los que luchan contra el coronavirus. Y es que, además, ayer era el cumpleaños del coruñés.

En un sábado más de confinamiento, la hora de la merienda fue la elegida para homenajear a los más pequeños, que han desaparecido de la calle. Por eso la ciudadanía quiso agradecer la fortaleza de los pequeños, que aguantan una situación que ya es muy dura para los adultos, más aún para pequeños que no son capaces de imaginar la dimensión de lo que ocurre, que sufren por no poder jugar con sus amigos, que ven como sus padres pasan más tiempo en casa pero no hacen más que teletrabajar o que no pueden abrazar a sus abuelos.

Y tras el homenaje a los niños y el de cada día para los sanitarios y los trabajadores de emergencias, llegó el momento de Amancio Ortega. En el día de su 84 aniversario fueron miles las personas que salieron al balcón para cantarle el cumpleaños feliz –en algunos lugares incluso acompañado de la popular canción del grupo Parchís–, para aplaudir y para lanzarle vivas. También en su ciudad recibió el cariño de la gente. Desde un homenaje con ambulancias en O Parrote hasta los cánticos que cruzaron todos los barrios, de Os Castros a os Mallos, pasando por Eirís o el centro.

Los españoles reconocen con aplausos la fortaleza de los niños

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