La protesta okupa obliga a extremar la seguridad en la presentación de las Naves de Metrosidero

La protesta okupa obliga a extremar la seguridad en la presentación de las Naves de Metrosidero
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El proyecto más polémico del Gobierno de la Marea Atlántica, la conversión de la antigua  Comandancia de Obras en las Naves de Metrosidero, no abrirá sus puertas antes de las elecciones de mayo, pero ayer el Gobierno local presentó los resultados del proceso participativo para determinar su contenido y su forma de gestión en el salón de plenos municipal. El acto se celebró bajo fuertes medidas de seguridad por la presencia de una protesta de okupas y simpatizantes a las puertas, vigilados por la Policía Nacional, mientras que la Policía Local mantenía controlado el acceso con vallas y pedía la documentación a cualquiera que tratara de entrar.

Mientras protestaban, en el interior, el alcalde, Xulio Ferreiro recordaba que el proceso pretendía implicar a la ciudadanía en las políticas públicas: “Críamos que era unha demanda social”. Y lo incluyó en otros procesos participativos como los presupuestos participativos o el Dillo ti. y recordó que fue necesario desarrollar fórmulas administrativas para poder crear un nuevo mecanismo de gestión asambleario para este espacio. “Cremos que se pode cubrir unha carencia para a mocidade, pero tamén pensados pola mocidade e xestionados pola mocidade”, proclamó el regidor: “Este é o resultado da imaxinación”. Y comparó las instalaciones con un nuevo parque abierto al público. Por ejemplo, por las mañanas podrá ser usado por los centros educativos que necesiten espacios. 

La concejala de Participación Ciudadana, Claudia Delso, abundó sobre la analogía con el parque en repetidas ocasiones: “disfrutar, pasear, sin límites, no que a mocidade se recoñeza e onde as únicas regras sexan de civismo”. Ese es el fruto de ocho meses de trabajo con personal técnico y entidades como Anpas y centros educativos. Tanto Silvia Couso, de la ANPA del IES Adormideras, como Pablo Castiñeira de la asociación Vella Escola, por los deportes urbanos.

Reproches al Gobierno local 
Mientras tanto, los okupas convertían la plaza de María Pita en otro lugar donde expresarse sin más límites que el civismo. Algunos llevaban caretas con los rostros del Gobierno local y denunciaban lo que consideran “el desalojo más violento de la historia de la ciudad” en mayo. En realidad, la Policía Local se había hecho con los edificios por sorpresa, y la violencia estalló cuando los antisistema trataron de entrar.

Sin embargo, los okupas no han perdonado a los concejales de la Marea Atlántica, muchos de ellos antiguos compañeros de armas. En especial a la concejala de Seguridad, Rocío Fraga, cuya ausencia ayer era significativa.

La protesta okupa obliga a extremar la seguridad en la presentación de las Naves de Metrosidero

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