Puigdemont y Torra dicen a Sánchez que en otoño termina el periodo de gracia

Puigdemont y Torra dicen a Sánchez  que en otoño termina el periodo de gracia
Torra escucha la intervención de Puigdemont durante el acto de recibimiento en Waterloo | Jordi Bedmar Pascual (efe)

El presidente de la Generalitat Quim Torra y el expresidente catalán Carles Puigdemont advirtieron ayer al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que en otoño termina el “periodo de gracia” y que el apoyo independentista “no es un cheque en blanco”.
“Septiembre, octubre, tampoco es que pongamos un día concreto en el calendario”, dijo Puigdemont, “pero es razonable pensar que tras el verano, al retomar el curso, nos ilumine sobre cuál es su receta” para Cataluña.
Torra recordó que en su encuentro con Sánchez el día 9 ya le dijo que tendrían “un otoño complicado” y reiteró que la postura de la Generalitat es “diálogo, diálogo, diálogo”, sin descartar opciones como la de una “mediación” entre Gobierno y Generalitat.
Puigdemont quiso aclarar que no se trata de “condicionar” el apoyo del grupo parlamentario del PDeCat a Sánchez, pero que es de “sentido común” esperar que “si uno presta un apoyo, se le corresponda”.

Hacer los deberes
“Esperamos que Sánchez aproveche el verano para hacer los deberes”, añadió. Preguntados sobre hasta que punto es condición sine qua non un referéndum de independencia para esa “receta política” que piden a Sánchez, Torra señaló que “esta legislatura va de derecho a la autodeterminación, de presos políticos y exiliados”.
Puigdemont, por su parte, dijo que “la vía prioritaria”, la “mejor para todos” es alcanzar “acuerdos bilaterales”, si bien no aclaró si renuncia completamente a la vía unilateral como último recurso.
El expresidente huido compareció ayer por primera vez tras su regreso a Bélgica junto a Torra y una delegación de la Generalitat que ahora dirige otra exconsejera huida, Meritxell Serret.
Unas 350 personas, según la Policía, celebraron ayer el regreso del Puigdemont a la denominada “Casa de la República” en Waterloo, al que asistieron el presidente de la Generalitat Quim Torra y miembros de su Govern, así como los exconsejeros huidos.
Portando banderas independentistas y atuendos en color amarillo, los participantes desplegaron una pancarta frente a la mansión de Waterloo donde Puigdemont, fugado de la justicia española, tiene establecida su residencia desde principios de año, en la que se podía leer “Os queremos en casa”, en referencia a los políticos catalanes en prisión.
Puigdemont, Torra, representantes de asociaciones como el Casal Catalán en Bruselas o la Plataforma por la Lengua y el rapero huido Valtonyc, entre otros, realizaron breves discursos desde el balcón, donde colgaba un cartel que decía, en inglés, “Libertad para los presos políticos y exiliados”.
El expresidente catalán y sus cuatro exconsejeros fugados están acusados en España de delitos de rebelión y malversación, entre otros, por impulsar el proceso secesionista en Cataluña.
La euroorden de detención contra ellos fue retirada el pasado 19 de julio por el Supremo después de que un tribunal de Alemania resolviese aceptar la extradición de Puigdemont sólo por malversación, y no por rebelión como exigía la justicia española.
Puigdemont dijo que este sábado era un día “simbólicamente importante” y de “sentimientos contrapuestos” y tuvo palabras de agradecimiento a los políticos catalanes en prisión, para quienes pidió la liberación. l

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