Rajoy no ve relevante lo que pueda decir de los candidatos a su puesto

Rajoy no ve relevante lo que pueda decir de los candidatos a su puesto
Rajoy atiende a los periodistas antes de incorporarse a su puesto de registrador de la propiedad en Santa Pola | morell (efe)

Mariano Rajoy, que se incorporó ayer a su puesto de registrador de la propiedad en Santa Pola (Alicante), es el primer expresidente del Gobierno que, al abandonar el cargo, vuelve a su actividad anterior y decide apartarse definitivamente la política.
“Me he retirado de la política y vuelvo a donde estaba. No hay mucho más que decir”, comentó a los periodistas que le esperaban a las puertas de su nuevo trabajo el hasta hace menos de un mes presidente del Gobierno, a quien un grupo de personas recibió con gritos de “presidente, presidente”.
Para reafirmar esa idea de retirada de la política, Rajoy eludió pronunciarse sobre los candidatos a sucederle en el PP y se limitó a afirmar: “Lo que yo diga es muy poco relevante”.
“Mi posición es conocida: lo dije en el Comité Ejecutivo y en la Junta Directiva nacional. He convocado un congreso y ahora son los militantes del PP los que tienen que decir democráticamente quién quieren que sea su líder, y lo que yo diga es muy poco relevante”, ha explicado.
“No tengo que transmitirles nada”, apuntó en referencia a los aspirantes populares, “salvo lo que les dije: que me iba, que la vida continúa y que el PP es un gran partido, la primera fuerza de España, y que estoy seguro de que al que elijan los militantes lo hará muy bien”.

Con su sustituto
Rajoy ya estuvo el martes por la mañana y la tarde en el despacho que ocupa desde ayer oficialmente, para ser informado de los pormenores de su tarea por el registrador que le sustituyó interinamente durante los últimos 28 años, Francisco Riquelme, que además es amigo personal.
También conoció y saludó uno por uno a los siete empleados con los que trabajará a partir de ahora. Mariano Rajoy, sexto expresidente de la Democracia, parece por ahora dispuesto a recuperar una vida “normal”, algo que no hicieron ninguno de sus antecesores.
Adolfo Suárez salió del Gobierno en 1981, pero lejos de abandonar la actividad política, creó un nuevo partido, el Centro Democrático y Social (CDS), con el que volvió a aspirar a la presidencia del Ejecutivo y por el que fue diputado hasta 1991.
Ese año, después de que el CDS perdiera dos tercios de su representación en ayuntamientos y comunidades autónomas, renunció definitivamente a su escaño y a cualquier asignación por su condición de expresidente.
Leopoldo Calvo-Sotelo fue presidente del Gobierno entre febrero de 1981 y octubre de 1982 y, al dejar la presidencia del Gobierno, conservó su escaño en el Congreso por la Unión de Centro Democrático (UCD) hasta 1986 cuando se incorporá al Parlamento Europeo, donde permaneció un año.
Participó en varios consejos de administración, escribió varios libros y, en 2007, ingresó en el Consejo de Estado, donde permaneció hasta su fallecimiento en mayo de 2008.
Felipe González tampoco abandonó la política al salir del Gobierno en 1996 tras catorce años en el cargo y se mantuvo como diputado hasta 2004, aunque había dejado la secretaría general del PSOE en el Congreso de junio de 1997.
Conferenciante, asesor de gobiernos y empresarios centroamericanos, presidente del comité de sabios sobre el futuro de la UE, consejero de Gas Natural, autor de varios libros y hasta diseñador de joyas, las actividades del expresidente socialista han sido múltiples desde que perdió las elecciones en 1996.
José María Aznar, presidente del Gobierno entre 1996 y 2004, se dedicó a dar conferencias, sobre todo en Estados Unidos y vinculado a la universidad de Georgetown, y ha sido miembro de varios consejos, entre ellos el de asesores de News Corporation, el grupo del magnate de la comunicación Rupert Murdoch, así como el del fondo de capital riesgo Centauros Capital. También ha escrito algún libro, ha sido asesor externo de Endesa, y pasó durante un año por el Consejo de Estado.
Finalmente, José Luis Rodríguez Zapatero ingresó directamente en el Consejo de Estado cuando salió del Gobierno en 2011 y permaneció allí hasta 2015. En la actualidad ejerce de mediador entre el gobierno venezolano y la oposición.

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