El Senado reprueba a Delgado mientras aumenta la presión para que se vaya

El Senado reprueba a Delgado mientras aumenta la presión para que se vaya

El pleno del Senado reprobó ayer a la ministra de Justicia, Dolores Delgado, que mantiene el apoyo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mientras el líder de Podemos, Pablo Iglesias, pide ya que “se aleje de la vida política”.
El PP hizo valer su mayoría absoluta en la Cámara Alta para reprobar a Delgado en una jornada especialmente dura para la ministra, primer miembro del Ejecutivo de Sánchez reprobado por las Cortes, después de que se filtraran nuevos audios grabados en una comida que compartió en 2009 con José Villarejo.
Los populares plantearon en su día la censura a Delgado al considerar que había abandonado al poder judicial y al juez instructor de la causa del procés, Pablo Llarena, ante la demanda presentada en Bélgica por el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont y cuatro exconsejeros fugados.

Retirada de apoyos
El líder de Podemos, principal apoyo del Gobierno, dejó claro que no ve el mismo futuro para la ministra: “Alguien que se reúne de manera afable con un personaje de la basura de las cloacas de Interior en nuestro país debe alejarse de la vida política porque hace daño a la mayoría que protagonizó la moción de censura”.
Retiraba así el apoyo de la formación morada a la ministra, que desde hace días aguanta las peticiones de dimisión del PP.
En el pleno del Senado, los populares volvieron a pedir su cese por “mentir de forma reiterada” tanto sobre la demanda contra Llarena como sobre sus relaciones con Villarejo.
En opinión de la senadora Cristina Ayala, Delgado quiso ir de víctima, pero “solo es víctima de sí misma, de las mentiras que ha vertido y de su propia trampa”.
La ministra y el Gobierno sostienen que las filtraciones forman parte de un “ataque institucional” enmarcado en la defensa procesal de Villarejo, en prisión preventiva por una larga lista de delitos, desde pertenencia a organización criminal, cohecho y blanqueo hasta revelación de secretos y extorsión.
Delgado señaló ayer que los que la conocen, incluido el propio Grande-Marlaska, saben que no se refería a él cuando usó el apelativo que se escucha en la grabación de la comida.
Delgado negó un cambio de versión en sus explicaciones, porque lo que hizo en un principio fue responder a “barbaridades” publicadas sobre un proceso de extradición de un empresario en el que ella no tenía nada que ver.
Insistió en que vio tres veces a Villarejo cuando era un comisario “condecorado”, con el que, recuerdan en el Ejecutivo, se reunían cientos de personas, pero que no ha tenido nunca relación con él en su faceta de abogado o asesor privado, negocios que son los que lo han llevado a prisión.
“No voy a permitir bajo ningún concepto que nadie cuestione mis principios, mi honorabilidad, mi honestidad”, recalcó.
El presidente del Senado, Pío García-Escudero, tuvo que mandar callar a varios de los senadores, ante los gritos de “dimisión, dimisión” que se oyeron desde las bancadas populares y el barullo que se generó en el hemiciclo.
La senadora del PP Esther Muñoz se dirigió en numerosas ocasiones a Delgado llamándola “todavía ministra”, la acusó de mentir. Delgado respondió a las acusaciones de Muñoz, a la que replicó llamándola “todavía portavoz de Justicia del PP”, y dijo que no va a contestar a sus afirmaciones “porque no lo merece”.l

El Senado reprueba a Delgado mientras aumenta la presión para que se vaya

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