La peor tragedia ferroviaria sufrida en Galicia desata una marea de solidaridad

La peor tragedia ferroviaria sufrida en Galicia desata  una marea de solidaridad
numerosos ciudadanos acudieron a la petición de donar sangre al centro de transfusión de galicia efe

Silvia, Bruno y José son solo tres nombres de la inmensa marea de solidaridad que ha desatado el accidente ferroviario del Alvia Madrid-Ferrol que, con más de medio centenar de víctimas mortales, es el más grave de todos los siniestros de tren registrados en el mundo en lo que va de 2013.

Esta pandilla de coruñeses hizo cola para donar sangre. Están afligidos y acudieron a la llamada de las autoridades sanitarias porque “es lo mínimo que podíamos hacer” ante lo ocurrido y en este día, el de los Fuegos del Apóstol, cancelados por un pueblo, el gallego, “que está consternado”.

emergencia

Con ellos fueron otros compañeros. No pueden responder a esta situación de emergencia porque habían bebido. “Muy poco, pero por poco que sea no está permitido”, razona Silvia, mientras que José cuenta que otro de sus amigos tampoco puede contribuir con su ayuda ya que “se ha tomado una aspirina y esto también lo inhabilita”.

Marcos es de Pontevedra. Quería acudir al espectáculo pirotécnico en la plaza do Obradoiro, que se ha visto suspendido. Su idea era regresar a su ciudad una vez concluida esta “mezcla de diseño, de luces y 3D que siempre sorprende”, pero decidió demorar su partida con el objetivo de ayudar en lo que en su mano estuviera. Como él, cientos de gallegos dieron una lección de solidaridad al mundo.

En el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), mientras espera, pregunta: “¿Cuáles son los últimos datos, por favor?, ¿se necesita algo? Un compañero mío iba a viajar en ese tren. Menos mal que al final por cuestiones laborales no lo ha cogido. Qué tragedia, qué desgracia tan grande”.

La respuesta de la población es tal que en algunos centros se ven obligados a retrasar las donaciones para próximos días. A la vez, se habilitan otros, en Vigo, A Coruña, Ourense, Ferrol, Lugo... También se forman atascos en las calles.

Por responsabilidad, los desplazamientos son en taxi, para no entorpecer con los vehículos la entrada a los complejos médicos y dejar así un paso fluido a las ambulancias.

Otra vez más, tras una tragedia, una estampa de unión y compañerismo. No solo en este terreno. Lorena, una joven ourensana, antes de someterse al pinchazo, mira un mensaje en su móvil, que lee en voz alta: “Increíble. Los hosteleros pondrán camas totalmente gratuitas a disposición de los familiares”.

La peor tragedia ferroviaria sufrida en Galicia desata una marea de solidaridad

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