Alonso Montero: “¿Quién me iba a decir que con 84 años y cuatro meses presidiría la RAG?”

El presidente de la RAG, Xesús Alonso Montero, reconoce que aceptó ser candidato para dirigir esta institución debido a su condición de “marxista”, para servir al bien público, en este caso al idioma gallego: “¿Quién me iba a decir a mí que con 84 años y cuatro meses iba a presidir la Academia?”, se pregunta.
En una entrevista con Efe, recuerda que los académicos que lo animaron a disputar el puesto a Manuel González, tesorero en la directiva de Xosé Luis Méndez Ferrín, que dimitió cuando le quedaba un año de mandato entre acusaciones de nepotismo, lo convencieron, dice, “porque tuvieron argumentos superiores a los míos y porque soy marxista”.
“Si hay personas que yo considero que son importantes y que creen que una institución pública al servicio del bien público, el idioma, es más importante que mis cinco libros, yo, que soy marxista y que me debo más al bien público que al bien privado, entre sus argumentos y mi pequeño y moderado marxismo, pues decido optar por la vía no egoísta, por la vía de la colectividad, por el bien público”, afirma.
Reconoce que en ningún momento pensó llegar a presidir la Academia. “No se me pasó ni por la cabeza. Yo estaba aquí todo feliz, más o menos, y tratando de terminar cinco libros que tengo en este momento y que ya no sé si terminaré”, comenta.
Al referirse a la etapa anterior, censura lo que califica como “viejas” prácticas de contratación del anterior equipo directivo y se refiere a la “tensión” que se originó en el plenario en el que Méndez Ferrín presentó su dimisión. Así, señala que ello fue debido a que “la directiva que él presidía seguía unas prácticas de contratación que, bueno, que no eran de ayer ni de anteayer, eran viejas, pero eran prácticas susceptibles de ser modificadas”.

Culpa de Méndez Ferrín
Alude a la situación “anómala” que se produjo con la marcha voluntaria del anterior presidente, y dice que de ello es únicamente “responsable” el propio Méndez Ferrín.
“No sé si tiene razón, creo que no tiene razón; tanto que le rogamos que se quedara, que no dimitiera”, dice y añade: “Fuimos muy comprensivos con él y pensábamos que para la Academia era bueno que continuara, y también para él”.
Alonso Montero no cree que la división de opiniones en la Academia por las candidaturas genere discrepancias y puedan producirse fracturas.
“Como no estamos en el franquismo, unos votaron a un candidato y otros votaron a otro. A partir de ahora no son académicos para servir los criterios de Alonso Montero, sino para servir los estatutos que están al servicio de la causa de la lengua gallega.
Por lo tanto no creo que haya fractura, no la va a haber”, asevera Alonso Montero.