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viernes | 19 abril | 2024
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, descartó ayer la opción de adelantar las elecciones gallegas, previstas para el mes de octubre, con el objetivo de mantener la estabilidad y defendió su decisión de repetir como candidato y tener la oportunidad de hacer política nacional “desde Galicia”.
Feijóo aprovechó su intervención en una tribuna del diario “El Mundo” en Madrid para explicar su anuncio de volver a ser el candidato del PP a la Xunta, que resumió en “una cuestión de corazón” que le lleva a querer gestionar su comunidad a la vez que contribuye con la política de todo el país.
En este marco, rechazó la posibilidad de adelantar las autonómicas para hacerlas coincidir con la previsible repetición de los comicios generales el 26 de junio. “Yo creo en el valor de la estabilidad política, un activo económico y social. Y la hoja de ruta es la de seguir aplicando esa estabilidad”, explicó.
el ejemplo de fraga
El presidente gallego cree que “todo lo bueno” que él pudiera aplicar a la política nacional puede hacerlo también desde Galicia, y puso el ejemplo del expresidente de la Xunta Manuel Fraga, de quien incluso destacó su “histórico precedente” del deshielo de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos con su viaje a La Habana en 1991. “Fraga no entendió Galicia como una limitación o un retiro, sino como una oportunidad para aplicar los criterios nacionales”, destacó.
Sin embargo, evitó comprometerse a estar cuatro años en la oposición si no gana las elecciones y se limitó a subrayar que su objetivo es ganar. En cualquier caso, insistió en que su compromiso es Galicia y demostrar desde allí que el Estado de las autonomías “puede funcionar bien”.
Feijóo consideró que además Galicia puede constituir un ejemplo de defensa de este estado de las autonomías frente a los desafíos secesionistas, “enviando al resto de España un mensaje muy valioso” de la oportunidad de “conciliar identidades” y defender lo propio sin querer “separarse de lo común”.
A su juicio, los problemas territoriales de España no tienen que ver con el Estado de las autonomías, sino “con su éxito”. “No ven con buenos ojos que esa España se consolide porque sería el final de una política que persigue el privilegio y por tanto la injusticia”, argumentó. n
