Demandan la instalación de una marquesina en la parada de los autobuses escolares en Lesón

Padres de niños residentes en el lugar pobrense de Lesón, al final de la recta en dirección hacia el polígono de A Tomada, reclaman la instalación de una marquesina en la parada de los autobuses escolares que llevan a sus hijos al IES A Pobra, al colegio Salustiano Rey Eiras y a la escuela infantil Fernández Varela. Advierten que se trata de una vieja demanda que le han trasladado al Ayuntamiento a través de escritos registrados en la casa consistorial, pero también a través de las reuniones o entrevistas mantenidas con algunos de los concejales.

Una de la progenitoras, Rebeca García, indicó que hace cuatro años que solicitó la dotación de esa estructura y que, ante la falta de respuesta, decidió acudir a hablar con algún responsable municipal, y que la respuesta que recibió fue que el presupuesto municipal ya estaba agotado y que no tenían dinero para tal fin, por lo que le sugirió que volviera más adelante para pedirla. Esta mujer, al igual que otras vecinas, interpretaron eso como “unha disculpa” y que “non nos fan caso algún e tan só nos dan largas”. Otra residente en la zona indicó que solicitó la marquesina hace dos años, pero tampoco recibió respuesta. Mientras tanto, afirman que sus hijos llevan años teniendo que soportar la lluvia, el frío e incluso el calor, pues no tienen en donde cobijarse.

Rebeca García señalan que el mayor problema que tienen es cuando tienen que esperar a que el autobús los recoja para llevarlos a los centros educativos pues al no contra con algo en donde abrigarse, “xa houbo varios nos que chegaron enchoupados tanto a casa como ao colexio, sendo peor este último, pois na casa os cambiamos rápido, pero se iso ocorre no centro educativo pasa tempo desde que nos avisan de que están mollados da cabeza aos pes, e temos que levarlles unha muda para cambiarse de roupa”. Ante la falta de respuesta por parte del Concello, se han visto obligados a hablar con el chófer del autobús para que les haga el favor de esperar a que los niños salgan de los garajes en los que se refugian. Y añadieron que tampoco hay pasos de peatones en toda la recta, con lo que cruzar por ese tramo de carretera se convierte en una auténtica odisea.