Sorteo de un idílico viaje pagado a un enclave “paradisíaco” que nadie quiso

Sorteo de un idílico viaje pagado a un enclave “paradisíaco” que nadie quiso
Amicos mostró a la gente imágenes de playas con basura y océanos llenos de plásticos

Un equipo de Amicos se plantó en el centro comercial Vialia, de Vigo, para dar a conocer cual es la realidad de las playas y de los océanos, que difiere mucho de las idílicas imágenes que se pueden ver en las postales o vídeos promocionales de destinos turísticos, pues están llenas de basura las primeras y de plásticos los segundos, algo que tratan de cambiar con su proyecto Re-Mar. Para atraer a la gente, montó un expositor de la agencia “Mundo Viajes” que, para celebrar su décimo aniversario, sorteaba cinco viajes para dos personas a un destino paradisíaco,, como Hawai, República Dominicana, Bali y Tailandia, que incluía vuelos de ida y vuelta en avión, traslados al hotel de cinco estrellas en régimen de todo incluido y que, además, podían realizarse en cualquier fecha. “Maravilloso. Suena bien”, les preguntó el responsable, a la vez que les mostraba en un monitor imágenes idílicas de sus playas, y las respuestas parecían obvias


Las personas que se detuvieron a interesarse por el sorteo, que era ficticio, respondieron afirmativamente de que les apetecía ir, aunque también hubo quien no las tenía todas consigo y le parecía que “sona moi raro”. Ahí es donde les dijo que les iba a enseñar las fotos de gente que ya “ganó” el sorteo para ver lo que comentaban. En esas fotos se veía gran cantidad de suciedad y basura en las playas de lugares idílicos, pero también de los fondos marinos repletos de plásticos. Las respuestas de la gente dieron un giro completo y se les escuchó exclamar “qué asco” o “¡somos seres humanos!”, e incluso hubo quien llegó a replicar si eso que tenía ante sus ojos era real y no estaba preparado, pero la respuesta era evidente: “los océanos tal y como están, llenos de plásticos”.


Aunque el miembro del equipo de Amicos les llegó a decir que podían describirlos como corales en vez de plásticos, la reacción de la gente era la misma: “no me cuadra. Corales, no. Un desastre”. A una chica le dijo que podía pasar un día idílico de playa si apartaba la basura para poner una toalla y estar relajadas en ese destino. La muchacha no daba crédito a lo que veía y trató de buscarle una explicación a todo y preguntó si el precio que tenía que pagar por el viaje era limpiarlo todo. La reacción de otro fue decir que “las personas, a veces, nos ponemos las gafas para que todo parezca fantástico y que somos geniales, pero realmente estamos estropeando el mundo, los océanos, y cualquier sitio que no tenga recogida de basuras lo convertimos en un vertedero”.


Al volver a preguntarles si seguían interesados en el viaje, una de las respuestas fue “esto ya no es lo que lo que yo pensaba al principio”, “así no me llama” y “para eso prefiero quedarme aquí”. Tras desvelarles quienes eran en realidad, lo que están haciendo y que aquello era una cámara oculta, las reacciones fueron de agradecimiento por informales, les felicitaron por la iniciativas e, incluso, quien les dijo que prefería quedarse aquí, manifestó convencido que “me voy muy dolido. Voy a tener que hacer algo”.

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