Sufre un accidente en Ribeira y es detenido por incumplir su alejamiento de un menor que iba en el otro coche implicado

Lo que había sido un simple accidente de tráfico por una colisión por alcance, sin que hubiera que lamentar heridos, acabó teniendo consecuencias más severas. Sucedió en torno a las siete de la tarde del lunes en la Avenida de Ferrol, a la altura del número 116, en Ribeira, y en el siniestro se vieron implicados una furgoneta Citroën Berlingo y un BMW 325. Al lugar del suceso se desplazó la Policía Local para instruir las diligencias por tratarse de un vial de su competencia. Parece ser que los ocupantes de ambos vehículos se conocían y que se acusaron mutuamente de lo ocurrido, pues mientras los del primer vehículo señalaron que lo provocó el otro frenando en seco, tras hacerles gestos de burla, el del segundo negó que los viera, dijo que frenó suavemente al cruzársele un gato y añadió que le escuchó decir algo a la madre del chico que le hacía sospechar que pudo provocar la colisión por alcance.

Cuando los agentes municipales ya se hallaban en el lugar, los ocupantes de la furgoneta indicaron que el conductor del otro vehículo implicado tenía en vigor una orden de alejamiento de un menor de edad que iba en la Citroën Berlingo. Al escuchar esa advertencia, los policías locales no lo dudaron ni un instante y contactaron con la comisaría para que se hiciera cargo de esa situación. Los policías nacionales realizaron comprobaciones y verificaron la existencia de una orden de alejamiento de 150 metros del conductor del BMW, J.M.F.M., de mediana edad, respecto del chiquillo que iba en la furgoneta implicada en el accidente y procedieron a su detención como presunto autor de un quebrantamiento de condena. Lo trasladaron a los calabozos y ayer lo pusieron a disposición del Juzgado de Instrucción Número 1 de Ribeira, que decretó su puesta en libertad, manteniéndose en vigor la orden de alejamiento.

Según pudo saber este periódico, dicha orden de alejamiento la estableció en su momento el Juzgado de Instrucción Número 3 de Ribeira después de que J.M.F.M. tuvo un altercado con cinco menores de edad que estaban jugando y a los que les llamó la atención tras identificarlos como los supuestos autores de actos vandálicos. Con cuatro de esos chiquillos no ha vuelto a tener problemas, al contrario de lo que parece que le sucede con el otro, cuyo domicilio en una parroquia ribeirense está pegado a una vivienda del denunciado, lo que deriva en cruces de denuncias. Cada vez que J.M.F.M. acude a esa casa, y esos vecinos se enteran, le interponen una denuncia por infringir el alejamiento, al igual que en otras situaciones en que interpretan que se produce el quebrantamiento de la condena. Pero ellos también estarían recibiendo denuncias por grabarlo con cámaras. El ahora detenido solicitó la revisión de dicha medida de protección tras salir absuelto en un juicio por incumplir ese alejamiento.