Avícola de Galicia se hace con la nave de la conservera Guau, desaparecida hace seis años

Avícola de Galicia se hace con la nave de la conservera Guau, desaparecida hace seis años
La nueva propietaria de la antigua nave de Guau ha iniciado las obras para una nave logística de carne | d. a.

La empresa Avícola de Galicia se ha hecho con la nave de la antigua conservera Guau en el polígono industrial de Sete Pías para abrir una planta logística. La propiedad fue adjudicada en 2015 a Abanca tras la liquidación de la mítica firma y su inmobiliaria la tenía a la venta por un precio de 2,3 millones de euros.
Esta sociedad nació hace más de medio siglo en Campañó (Pontevedra) de la mano del empresario Jaime Olmedo, pero ha pasado diferentes fases de crecimiento y compra y desde 2008 forma parte del Grupo Vall Companys, de Lérida, que también se dedica a la producción ganadera porcina, entre otros productos.
En el caso del polígono cambadés, está prevista la creación de una plataforma logística de procesado de sus productos cárnicos y en estos días trabaja en la adecuación de las instalaciones de la antigua conservera. La firma ofrece a sus clientes diferentes envasados e incluso en congelado y también de tipo gourmet. De hecho, tiene el sello Galicia Calidade.

Fin de la mítica firma
Los administradores concursales de Guau sacaron a subasta el inmueble por 5 millones de euros, pero no aparecieron postores y se adjudicó a Abanca –sobre ella pesaba una hipoteca bancaria–, que la tenía a la venta por algo más de dos millones. Tiene una superficie de 11.400 metros cuadrados de los que más de 8.000 están construidos. Consta de una planta baja y una entreplanta. La actividad conservera se trasladó del centro de la localidad a esta nave del polígono industrial hace años y como el comienzo de una nueva etapa que mejoraría la ya buena trayectoria de la firma. Sin embargo, no fue así y tras varios cambios de dirección, la marca pasó a estar controlada por Apikale que no consiguió sacar adelante la actividad de sus empresas.
De hecho, los propietarios solicitaron el concurso voluntario de acreedores que fue declarado no culpable y que desembocó en la liquidación y subasta de sus bienes, entre los que también se incluían varios inmuebles en Bilbao y en Lekeitio. Los administradores concursales del grupo emitieron un informe declarando que la quiebra de la empresa fue fortuita.
El caso es que la mítica conservera ponía punto y final a más de 30 años de historia sin posibilidades de reactivación. Se llegó a hablar de compradores interesados en mantener la actividad, pero nunca se concretó nada más y para entonces la fábrica llevaba meses parada. Además su cierre fue abrupto. En 2011, la gerencia cerró las puertas sin explicación a la plantilla, formada por unas 60 personas que cobraron del Fogasa y algunos incluso encontraron empleo en otras conserveras.

Avícola de Galicia se hace con la nave de la conservera Guau, desaparecida hace seis años

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