CAMBADOS - Denuncian molestias por el ruido de un sistema espantapájaros en Castrelo

Angélica Conde vive en Couto de Abaixo (Castrelo), cerca del mar, un lugar paradísiaco si no fuera por un cañón espantapájaros a gas, ubicado cerca de su casa. Según esta cambadesa, su familia no soporta el estruendo que produce desde primera de la hora de la mañana y a “cada cinco minutos”; y ha presentado sendas quejas ante la Xunta y el Concello, quien contratará los servicios de una empresa para medir los decibelios y luego remitirá sus conclusiones –junto a un atestado de la Policía Local– a la Consellería de Medio Ambiente.
La denunciante relató que el ruido “se escucha en toda la zona” y procede de un sistema empleado para alejar a las aves de las uvas, instalado para proteger dos parcelas del mismo dueño. Sin embargo, hay una tercera finca de la misma persona que le preocupa todavía más, si cabe, porque está “pegada a la ventana de mi casa”, y teme que el año próximo instale otro cañón para proteger el fruto de las cepas que acaba de plantar. Asimismo indicó que hay otro vecino afectado pero “solo viene los fines de semana y se ha cansado de luchar”.
Según Conde, entabló contacto con el propietario de los viñedos, pero no llegaron a ningún acuerdo; y ya en mayo se quejó ante el Concello, pero solo le remitieron a la delegación del Gobierno gallego en Pontevedra, donde, a su vez, le recomendaron que avisara al Seprona de la Guardia Civil. “Los agentes me dijeron que no podían actuar porque tenía autorización. Sin embargo, llamando otra vez a la Xunta, en explotación agraria, me confirmaron que esos dos terrenos están en zona de protección de aves y no puede usar ese sistema”, declaró la denunciante. De hecho, también ha puesto el caso en conocimiento de la Dirección Xeral de Conservación de la Naturaleza, dependiente de la Xunta.   
Cabe recordar que la zona está en las inmediaciones del complejo intermareal del Umia, residencia de numerosas especies avícolas. Pero la parcela que más le preocupa, y que por el momento no tiene uvas de las que espantar pájaros, no tiene protección alguna y “el año que viene voy a tener las bombas junto a mi ventana”, declaró.
Además, la afectada no confía excesivamente en la actuación del Ayuntamiento, quien le ha comunicado que enviará a una empresa para que mida los decibelios, porque “la vendimia va a empezar, recogerán toda la uva y cuando lleguen esos expertos ya no habrá nada”. Fuentes del Gobierno local indicaron que su idea es contratar este servicio en breve y luego remitir su informe a Medio Ambiente, así como las conclusiones de los agentes locales que acudieron a la zona hace un par de semanas, a petición de Conde para realizar una inspección ocular y levantar acta. n