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martes | 16 abril | 2024
A tiros. Con el ruido de 16 disparos saltaron de la cama ayer a primer ahora de la mañana varios vecinos de Corvillón (Cambados), alertados por el estruendo de las detonaciones que dos ladrones efectuaron contra el cajero del Novagalicia Banco del lugar, haciendo saltar las alarmas de la entidad crediticia.
Los hechos tuvieron lugar entre las seis y la seis y cuarto de la mañana. Al escuchar todo este ruido, algunos residentes alertaron a las fuerzas de seguridad. Tras saltar el sistema de alarma, la Guardia Civil llegó en cuestión de minutos, pero los asaltantes ya se habían marchado.
La principal hipótesis manejada ayer por fuentes próximas a la investigación apunta a que dos personas encapuchadas habrían intentado reventar el dispositivo de extracción de dinero utilizando una bombona de gas.
Tras operar con este sistema, ya conocido por las fuerzas de seguridad en una considerable cantidad de casos en toda España, los cacos no lograron en esta ocasión hacer saltar por los aires el equipo. Fuentes cercanas al caso apuntan a que los encapuchados se habrían puesto nerviosos o alterados y, en ese instante, habrían comenzado a disparar hasta 16 balas con un arma de fuego de gran calibre.
Al saltar la alarma y precipitarse los acontecimientos, emprendieron la huida.
Fuentes relacionadas con la entidad confirmaban que no habían podido tener acceso, en ningún momento, al dinero del cajero, por lo que se habrían tenido que marchar con las manos vacías.
bien grabados
A pesar de ir con la cara cubierta, el sistema de videovigilancia, reforzado hace escasas fechas en la sucursal, cumplió bien su cometido. Ayer trascendía que los ladrones habían sido grabados sin dificultades por estas cámaras y la Guardia Civil ha podido comprobar ya todos sus movimientos para iniciar la investigación.
También se centran en el análisis de los orificios y restos de proyectiles, para intentar identificar el tipo de arma y su posible origen.
El cajero quedaba totalmente inutilizado y dos carteles informaban ayer por la mañana a los clientes y curiosos que estaba fuera de servicio.
En el espacio interior donde se aloja la máquina de dinero eran perfectamente visibles los agujeros de bala.
Alrededor de media docena impactaron en diferentes partes del propio cajero y la otra mitad de los disparos se colaron al interior de la oficina, tras romper y atravesar los vidrios que separan la entidad del espacio reservado para la expendedora de dinero en metálico.
Aparte de los vecinos que residen en el bloque y áreas circundantes, el suceso pasó, al menos inicialmente, prácticamente desapercibido. No obstante, el relato de los hechos corría como la espuma por la zona según avanzaba la mañana. El Instituto Armado trata de cerrar el cerco sobre la pareja encapuchada.
