CAMBADOS - Malestar sindical por una nueva demora en la convocatoria de la Mesa do Viño

Los sindicatos de viticultores están muy molestos con la postura de la Consellería do Medio Rural e do Mar, que había acordado convocar la Mesa do Viño de la DO Rías Baixas en abril, como muy tarde, pero sobre todo antes de la floración, y para negociar las condiciones de un nuevo contrato homologado para la compra-venta de uva. Sin embargo, este periodo está a punto de culminar y, por tanto, ya hay serias pistas de cómo será la vendimia –previsiblemente escasa– y no hay noticias de la promesa de la Xunta. A pesar del malestar, consideran que no es tarde y esperan que finalmente cumpla su promesa.
Al parecer, Medio Rural tiene previsto convocar a las organizaciones sindicales y a las bodegas para iniciar esta negociación en breve, pero oficialmente no hay fecha o, por lo menos, los representantes de los viticultores no tienen constancia y el retraso genera malestar. A esta demora, en la asociación Fruga le llaman directamente “incumprimento”. Su portavoz, Roberto Rivas, recordaba ayer que el calendario acordado era mantener una primera reunión en enero para hablar de un estudio de costes de producción de la uva como base para acordar unos precios mínimos y, en todo caso, pactar estos antes de la floración, un periodo imparcial porque se desconoce cómo será la vendimia y ninguna de las partes juega con ventaja en la negociación.
Es tal su malestar que, según Rivas, no descartan plantarse, aunque aún no está decidido. De hecho, más prudentes son en el Sindicato Labrego Galego (SLG) aunque su enfado no es menor. “Pasa como todos os anos, convócase a Mesa cando xa se sabe se haberá máis ou menos producción”, señaló su portavoz en Pontevedra, Salvador Martínez.
Con todo, tanto ellos como los miembros de Xóvenes Agricultores esperan que la convocatoria llegue inmediatamente y, en caso contrario, se solicitará formalmente.

lo último, "unha chapuza"
Por su parte, desde Unións Agrarias, la única organización que no firmó el contrato homologado del año pasado, al considerarlo “unha chapuza”, también apostaba ayer por la convocatoria, aunque, como el resto, recalcando que será tardía. Su secretario de Agricultura, Xosé Ramón González, declaró que si “non hai unhas reglas mínimas de xogo, se non hai contrato, o prezo da uva vai en caída libre e con el irá o prestixio da denominación”.
El sindicalista insistió una vez más en la necesidad de una implicación real de la industria –cree que no existe– y aseguró que conseguirlo está en manos de la administración, supeditando la concesión de ayudas públicas a las bodegas que apuesten por comprar la uva mediante contratos homologados. Y respecto al precio, recordó su apuesta por recurrir a un sistema de indexación que garantizaría la cobertura de costes y el resultante de beneficios.  
Y es que el pago por debajo de los costes de producción es lo que más preocupa al sector. Como declaraba Rivas, de Fruga, “si é ilegal pactar prezos moito máis o é pagar por debaixo dos costes”. Lo dijo porque, a diferencia de anteriores, el último contrato homologado no establecía una tabla de precios mínimos, al indicar la Xunta que se vulneraban las leyes de competencia.

medidas drásticas
Ciertamente, la realidad es que hay casos en que el fruto se paga a 80 céntimos el kilo. Además existen diferencias, como ponía de manifiesto el presidente de la asociación de viticultores libres de O Salnés, Vendima, Manuel Troncoso.
Este productor abogaba ayer por dejar fuera de las negociaciones de la Mesa do Viño a las cooperativas porque “teñen acordos internos de pago cos seus socios, pero aos seus colaboradores páganlle a moi baixo prezo e con moito retraso”. Asimismo apuesta por otras fórmulas para garantizar una venta justa al viticultor como que “o consello regulador non entregue as etiquetas de certificación da DO ás adegas que non paguen o froito”, añadió Troncoso. n