Domènec Biosca ofreció ayer una clase magistral de las claves para conseguir un destino de éxito. Medalla del Oro del Ministerio de Turismo, periodista, presidente de Educatur... Ayer en el Parador del Albariño demostró porqué le llaman el “gurú del turismo”. Cercano y con un discurso claro y directo se ganó a los 60 asistentes que absorbieron sus enseñanzas para dar a O Salnés los empujones que le faltan. Su premisa: “el cliente es exigente, quiere ser feliz, ya no viene por estar sino para premiarse”, es necesario “tentarlo y conquistarlo” y esto lleva a que “todas las mesas, mostradores, habitaciones.. Sean puntos de venta porque si no hay ventas no hay sueldos”. Y aquí empieza el reto. ¿Cómo contagiar a nuestra gente para que sean vendedores?”, expuso. Por su experiencia, el buen camino empieza con una sonrisa amable y nunca pronunciar frases como “no” o “es difícil”, cuando el cliente pida algo. Este fin precisa de cambios que ayer puso sobre la mesa.
¿Hacia dónde se deben dirigir los cambios para conseguir un destino de éxito?
Hay tres elementos fundamentales. Lo primero es construir un bufé de ofertas: navegación, arquitectura, fiestas, alojamientos.. Y hacerlo mediático (a través de las redes sociales, los medios, el boca a oreja...) pero todos juntos, no puede haber promociones individuales, hay que promocionar una marca porque lo importante es que sea mediática y así se convierte en un destino atractivo. La coordinación público-privada no siempre funciona y tampoco la privada-privada. No puede ser que llegue un crucero un domingo y los comercios cierren, o que haya una fiesta y no abran los restaurantes. Para que haya éxito debe haber unión y el que no lo entienda... El mercado es justiciero, cerrará y vendrá otro que se lo lleve.
Habla de implicar a todos: comerciantes, restauradores... ¿Cómo se consigue?
Haciendo números. Cuando les explicas como en otros destinos las consecuencias de trabajar juntos ha posibilitado recaudar poco dinero pero suficiente para hacer promoción, a veces trabajando con los hijos, no los con los padres, y haciéndolo con los que quieren, a los que no, no los invitas. Pasa a veces, me llama un alcalde que quiere montar una calle peatonal por Navidad y atraer gente. Yo le digo que ponga una banda de música y que todo el mundo pague 50 euros para la Cabalgata de Reyes, para Papá Noel... Y hay tres que no, pues esa calle no se hace. Tolerancia cero con los que no quieren tener éxito. No está el mercado para esa gente, hay que unir a los que tengan inteligencia, no los que hagan fotocopias.
La Mancomunidade ha iniciado una campaña para atraer al mercado ruso, en auge y con un importante poder adquisitivo. ¿Qué le parece esta idea?
Todo el mundo quiere rusos, entonces hay que mirar qué tengo yo que les guste y lo que les gusta. La calidad es la talla de cada cliente. Hay que hablar con los turoperadores para ver si podemos dar lo que quieren y si lo tenemos es un mercado fantástico.
El mercado nacional es el principal cliente de la zona pero las cifras descienden. ¿Cómo se debe afrontar esta situación?
No hay que olvidarlo, hay que trabajarlo pero sabiendo que lo inmediato son los mercados emergentes que además, les encanta la naturaleza, la gastronomía, ir de compras, la amabilidad, el clima que tenéis aquí –que depende de la estación pero siempre es precioso–, ver subir y bajar las mareas, ver cómo se trabajar el mar, ellos no tienen nada de esto. Por tanto hay que trabajar esos mercados que quieren lo que nosotros tenemos y ellos no tienen.
En O Salnés hay buenas playas y el clima ha cambiado en los últimos años pero la fama del mal tiempo en Galicia le precede. Antes estas circunstancias y situándolo en el conjunto de España, con otros destinos costeros, ¿debería potenciar otros recursos?
Debe potenciar que cuando las televisiones hablen del clima le diferencien del resto de Galicia. No puede ser que den el mismo que en A Coruña cuando tiene dos o tres grados más. Debe influir en estas noticias que no son positivas porque hoy en día hay un tiempo espectacular y va a tener muy buen clima, entonces hay que potenciar los distintos segmentos de clientes que van por la mañana a la playa, por la tarde pasean, están disfrutando la gastronomía, por la noche tienen fiesta en las calles... Porque el cliente, insisto, viene a premiarse y premiarse significa ser feliz y estamos en el negocio de la felicidad rentable. n