CAMBADOS - Una segunda oportunidad para los coches de desguace

CAMBADOS - Una segunda oportunidad para los coches de desguace
un momento del simulacro realizado ayer en un desguace de vilanova emili o moldes

Los coches que llegan al desguace Santorum & Martínez, en Vilanova, no tienen más destino que el que indica el propio nombre del negocio: ser despiezados poco a poco hasta que su esqueleto de chatarra no sirva más que para eso, chatarra. Sin embargo, la agrupación de Protección Civil de Cambados le dio ayer un nuevo sentido y nada menos que al servicio de salvar vidas. Sirvieron para un curso práctico de excarcelación de víctimas en accidentes de tráfico al que asistieron siete voluntarios. Iván Marín ejerció de profesor para sus compañeros. A pesar de su juventud, es uno de los veteranos del colectivo y posee la formación indicada para enseñar los procedimientos oficiales, además de la experiencia.

también aprenden a tratar la angustia del atrapado a
asistieron siete miembros, entre ellos dos que acaban de entrar


Lo primero es conocer el estado de los ocupantes y después llega la toma de decisiones. No es fácil, sobre todo, cuando se trata de heridos de gravedad y la extracción ha de hacerse en coordinación con el equipo médico en un espacio pequeño y en muchos casos de difícil acceso por la maraña de hierros. De hecho, ayer practicaron tres casos comunes: un choque frontal con una víctima en un turismo de cuatro puertas, otro igual pero en un tres puertas y por último un vuelco total, donde normalmente se procede a la extracción por el maletero tras incluir unos puntales para elevar un tanto el vehículo y cortar el pilar existente entre el asiento del conductor y su inmediato de atrás. Sin embargo, no es una ciencia exacta. “Cuando te enfrentas a una emergencia real no sucede tal y como lo presentan en los cursos y vale más la maña porque te lo han enseñado de una forma y en el momento ves que es más beneficioso de otra aunque la formación previa es esencial”, explica el voluntario. Por este motivo, la práctica real es fundamental y Protección Civil de Cambados quiere realizar más simulacros.
Pero el trabajo de estos voluntarios va más allá. “Uno señaliza la zona, mientras un compañero o alguien del 061 se centra en el atrapado, hablándole para que no piense en la situación porque solo una persona que lo ha sufrido sabe la mala sensación que provoca escuchar el hierro cortándose y saberse atrapado”, añadió. Y a veces hasta lidiar con los curiosos que atraviesan el cordón del dispositivo y resabidos. “Siempre hay algún ‘ingeniero’ que te dice que lo haces mal”, indica con ironía.
Entre los que asistieron a las prácticas estaban dos jóvenes –de Ribadumia y Cambados– que acaban de acceder al cuerpo y que en próximas semanas recibirán formación en otros ámbitos como los incendios urbanos. n

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