CAMBADOS-UUAA y el SLG auguran precios ilegales por la uva y responsabilizan a la Xunta

Unións Agrarias (UUAA) y el Sindicato Labrego Galego (SLG) unieron ayer sus voces para cargar contra la Consellería do Medio Rural a la que responsabilizan del desolador panorama que auguran en la vendimia: el pago de la uva por debajo del coste de producción. Le acusan de dejar al viticultor en manos de las bodega al “incumprir” su compromiso de convocar la Mesa do Viño, donde podían haber pactado unos precios mínimos y legales que garantizasen lo que consideran lógico ante una producción escasa, como la prevista: la subida de precios.
En la anterior campaña, los representantes de los viticultores y los de algunas bodegas de la DO Rías Baixas negociaron un acuerdo marco de contrato homologado que tendría validez hasta la cosecha de 2015. Sin embargo, la legislación impedía pactar precios y se llegó a una especie de “pacto entre caballeros”, con el compromiso de que se rondara 1 euro por kilo.

promesas
Este comprendía también el compromiso de Medio Rural de convocar “regularmente” la Mesa do Viño para poder mejorar ese acuerdo, pero “non deu sinais de vida”, a pesar de que, aseguran, se le ha pedido verbalmente y por escrito. La administración también iba a elaborar un estudio de los costes de producción que sirviera de base para negociar los precios mínimos y otras cuestiones de las que, afirman, tampoco han vuelto a saber nada.
Los sindicatos firmantes reconocieron que suscribieron aquel acuerdo por ser el “menos malo” y, de hecho, Unións abandonó la Mesa porque “supoñía pagar por debaixo do coste de produción, que calculamos está no 1,30 euros, e iso é fraude de lei”. Finalmente solo un 1,5% de productores adscritos a Rías Baixas vendieron su fruto con el contrato homologado, aunque también es verdad que en más de una ocasión se ha pedido a la Xunta que se compense a las bodegas que apuesten por él, pero sin éxito.

algunos, "arruinados"
En definitiva, para UUAA y el SLG, Medio Rural tiene “abandonados” a los viticultores, que este año podría vender a precios más altos porque, dicen, a penas habría stock en las bodegas, las ventas de Rías Baixas se han incrementado y la producción de uva será menor, debido a la merma que se espera por la humedad y las lluvias. Sin embargo, el escenario que auguran es que “están abandonados á man de Deus, das adegas máis ben. Por terceiro ano consecutivo van cobrar por debaixo do coste de produción”, apuntó el secretario de agricultura de Unións, Xosé Ramón González. Es más, aseguró que algunos “están arruinados ou pasando graves dificultades”.
Este sindicalista considera que las bodegas quieren convertir en costumbre la situación de excepcionalidad de 2011, cuando se llegó a los 41 millones de kilos, provocando una caída de precios con consecuencias en años posteriores, a causa del stock de vino resultante. Y va más allá, pues cree que la Xunta lo permite, al no actuar.
Para Salvador Martínez del SLG, “por desgraza” ya no hay tiempo de negociar, pero reclamó a la administración que mueva ficha “se non queremos que isto se vaia ao traste”.
La Asociación de Viticultores Libres de O Salnés Vendima, por su parte, acusa directamente a la Xunta de “facer unha persecución do pequeno e mediano” productor. Su presidente, Manuel Troncoso, entiende que la viticultura tradicional ha de atender a un marco legislativo moderno, pero considera que las normas están “asfixiando” al sector. Así, señaló las nuevas leyes de aplicación de fitosanitarios por “restrictivas en exceso” o nuevas obligaciones como “dar de alta na seguridade social ás persoas que axudan nunha vendimia mediana, cando iso se fai con axuda de familiares ou amigos, pero se vendes a unha bodega tes que facerlle contrato”.