CAMBADOS-Vecinos de Campo da Modia afectados por las inundaciones: “Isto é un castigo”

CAMBADOS-Vecinos de Campo da Modia afectados por las inundaciones: “Isto é un castigo”
Una de las vecinas afectadas cuya casa debe proteger con una chapa en la puerta gonzalo salgado

El agua corre calle abajo por Campo da Modia formando incluso pequeñas ondas. Un frío húmedo recibe al viandante nada más adentrarse en ella; un estrecho vial al que poco da el sol y donde el viento casi no penetra, convirtiéndola en un corredor desagradable. Sin embargo, los residentes en las viviendas asentadas en sus márgenes tienen que convivir con ello,  a base de paciencia y calzado apropiado, aunque con quejas. “Unha conveciña choraba de impotencia e me decía: non dou limpado a casa porque a humidade sempre pasa para adentro”, comentaba Carmen Vázquez, una de las afectadas, quien sentenciaba “isto é un castigo”.
Su vivienda está a ras del asfalto y, aunque ha puesto una chapa ante la puerta, el líquido elemento penetra en la entrada del inmueble. De hecho, ayer por la mañana se afanaba fregona en mano en remediar un tanto la situación. Ella y los propietarios de otras siete casas han visto como en los últimos años su calle se ha convertido en un regato porque las nuevas construcciones fueron cegando las cercas de canalización de las pluviales de las fincas, provocando que esta salga por donde buenamente puede, es decir, por delante de los inmuebles. El mayor problema lo causó una de las últimas construcciones, acabada hace cuatro años.

"dame a vida a cociña de ferro"
Campo da Modia, en la parroquia de Vilariño, está en cuesta y el agua baja con cierta velocidad, formando pequeñas ondas y cuando un vehículo pasa, aunque sea a escasa velocidad, las salpicaduras están aseguradas. Y esto durante casi todo el año, excepto en verano, y sin necesidad de grandes precipitaciones. La humedad puede verse en las paredes interiores de algunas de las viviendas más pegadas a la carretera. Vázquez incluso ha echado una capa de cemento a lo pies del muro, pero ni con esas. “Nunca podo ter a casa limpia, aínda que poña unha chapa na porta para intentar que a auga non entre. Dame a vida a cociña de ferro, incluso me levanto pola noite para botarlle leña para que non se apague, para combatir un poco a humidade”, relataba ayer. Sin embargo, no están resignados y están llegando a la desesperación. “A veciña do lado case choraba en Nadal dicíndome: E que non dou limpiado porque a humidade pasa para adentro”, añadía Vázquez.
Y no son los únicos afectados pues los padres de los alumnos de la escuela unitaria, ubicada calle abajo, “teñen que levalos no colo para que non se mollen”. Son casi 20 alumnos y ante la escuela también hay un parque infantil.

promesas incumplidas
Estos vecinos creen que la solución no es costosa. Otra afectada, Luisa Otero, cree que colocando una rejilla de pluviales en la parte más alta, justo ante el camino de donde proceden las pluviales de las fincas, sería suficiente para que no corra calle abajo. “Que lle esixa ao propietario –de la última casa construida– ou que o Concello o faga, non estamos en contra de ningún veciño, só queremos unha solución”, añadía.
Si han aguantado todo este tiempo es porque el Ayuntamiento les viene prometiendo que arreglará el problema. “Falamos co alcalde e dixo que o ían arranxar, pero tiñamos que esperar porque non había cartos. Logo que estaba presupuestado, pero chegou o verán e o tema olvidouse e logo, outra vez, que se ía facer. Así, uns catro anos”, añadía Cores, ante un pequeño socavón en el suelo. “Debaixo están as tapas do alcantarillado. Asfaltaron por enriba, tapándoos e nunca o abriron”, añadía, señalándolo como otro despropósito con el que viven en este lugar.

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