“Los clientes se van satisfechos, con la sensación de haber disfrutado y estar seguros”

“Los clientes se van satisfechos, con la sensación de haber disfrutado y estar seguros”

Leonardo López y Óscar Fontán dirigen dos referentes del sector hotelero de Sanxenxo: el Carlos I Silgar y el Gran Talaso con 130 y 97 plazas, respectivamente. Están aguantando el tipo a pesar de la pandemia, con bajas ocupaciones, pero ambos coinciden en que es un año para “estar con el cliente” y, como mínimo, esperan “empatar”. Esto es una quimera para otras zonas de España con fuerte dependencia del turista extranjero donde incluso hay establecimientos que ni han podido abrir sus puertas. En sus manos está ofrecer todas las garantías para lograr una estancia lo más segura posible y las medias aplicadas han sido numerosas, destacando un sistema de limpieza de habitaciones “casi hospitalario” mediante el cual cada una tiene su propia mopa, entre otras cuestiones. De hecho, repiten insistentemente que tienen un “hotel seguro” y sus huéspedes se marchan satisfechos, felicitándoles incluso y con una “sensación casi de victoria, de hemos conseguido disfrutar y sentirnos seguros”. Tampoco ocultan su preocupación por lo que se les escapa: una pandemia mundial sin remedio y aunque tienen “pulmón” para seguir trabajando, el futuro lo marcará la evolución de la Covid-19 y también las condiciones meteorológicas.

¿Cómo va la ocupación?

Leonardo López: En julio rondamos el 50 % cuando lo normal sería el 92 y ahora estamos al 75. Notamos sobre todo una bajada en clientes más mayores, de a partir de 55 años, y por procedencias, las que más resienten son Madrid, con un 21 % menos, y Asturias. Por contra aumentó el cliente gallego, mientras que el portugués bajó sobre un 10 %. Y lo nuestro casi es un éxito porque superamos nuestras mejores previsiones y directores de otros hoteles de España con los que hablo me dicen que con un 75 % me puedo dar con un canto en los dientes.

Óscar Fontán: La segunda quincena de julio cayó casi a la mitad y la primera de agosto en un 12 %. Va dependiendo del tiempo y las noticias sobre la pandemia.

¿Tienen clientes habituales que este año han decidido no venir?

L. L.: Nuestro índice de fidelidad es alto, puede llegar al 70 %. Somos como una gran familia y los que llevan 20 años viniendo vuelven porque confían en nosotros, mientras que otros nos dicen que lo dejan para el año próximo por prudencia y no sin pesar, porque venir a Sanxenxo forma parte de su vida. Además hemos facilitado muchísimo la cancelación para todos. Estamos aquí gracias a nuestros clientes y también es un año para estar con ellos, para apoyarles.

Ó. F.: La mayoría ha venido y nos felicita por las medidas adoptadas, también nos dicen que lo hacen para apoyarnos, ya que hemos abierto. Creo que nos ha ayudado que seamos una zona con menos impacto de la Covid-19 y la facilidad para trasladarse en medios de transporte individual.

¿Cómo esperan terminar el verano teniendo en cuenta las inversiones realizadas, que no han subido los precios y sumando los meses de cierre por el confinamiento? ¿Es un año perdido?

L. L.: Sí, será un año perdido porque para muchos establecimientos la temporada funciona de mayo a octubre. Es cuando hay que hacer frente a los gastos, inversiones, etc. y los porcentajes de ocupación no salvan la temporada, pero todos lucharemos por empatar, por sacar un pequeño beneficio. Nosotros veníamos de cerrar dos meses por una reforma y eso nos penalizó y además, a los 15 días tuvimos que volver a cerrar por el confinamiento, pero peleamos para no dejar a nuestros trabajadores en casa, son nuestro principal valor. Tampoco podemos olvidar que hablamos de una bajada de 25 puntos, de que nos quedamos sin la Festa do Marisco, Conxemar, congresos, etc. de los rebrotes, que preocupan y casi parece un milagro llegar a septiembre y que no haya pasado nada aquí... Pero hay que hacer todo lo posible y aún estamos en plazo de que septiembre sea salvable y si los grupos se van manteniendo y ganamos octubre luego ya pensaríamos en noviembre, diciembre... Tenemos pulmón de clientes y capacidad para mantenernos abiertos. ¿Hasta cuánto vamos a aguantar? Tenemos contemplados todos los escenarios. Pero este año también ha sido el año de la calidad. Este departamento no ha parado revisando protocolos de otros países, publicaciones científicas, testando productos, etc.

Ó. F.: Podemos considerarlo un año de mejoras a mantener como la introducidas en la limpieza, que ya era una de nuestras señas de identidad. En el tema económico, evidentemente, no habrá la facturación de otros años, pero hemos abierto a un volumen mínimo para operar y eso es positivo. Gracias a nuestro principal cliente, el turista nacional, hemos dado trabajo a nuestro personal y generado volumen de negocio para nuestros proveedores. Ahora todo dependerá de cómo evolucione la pandemia y sí, es cierto que con los rebrotes se nota un poco de miedo a reservar, pero hemos dado todas las facilidades para la cancelación. Las previsiones ahora mismo son papel mojado, aunque los meses de menor ocupación pueden ser una buena oportunidad para sentirse más seguro, porque habrá menos gente en el hotel, las calles, etc.

Ambos hoteles están al pie de la playa de Silgar, pero ¿los clientes les consultan sobre lugares y actividades diferentes para evitar aglomeraciones? ¿Qué les comentan de las parcelas?

L. L.: Sí, muchos clientes buscaron otras playas, yendo incluso a San Vicente, pero porque estamos muy pendientes de cumplir con la medidas de distanciamiento social. Y el que probó las parcelas hizo una valoración positiva. Es una medida que generó una buena imagen de Sanxenxo.

Ó. F.: Hay gente que se ha ido a conocer otras playas, pero también es verdad que, excepto algún día, hubo espacio suficiente en Silgar para mantener el distanciamiento social..

¿Sienten que el apoyo de las administraciones es suficiente?

L. L.: Yo me he sentido escuchado y considerado y creo que la Xunta ha sido valiente en adoptar algunas medidas y ha dado su apoyo con el bono sanitario, campañas... Luego el Estado con los ERTE y sí, podría haber alguna medida más, pero entiendo que es una situación inédita y difícil de gestionar. El Concello también fue valiente por trabajar para seguir haciendo el verano.

Ó. F.: Se han estado tomado medidas positivas y que habrá que mantener porque seguramente vengan meses duros como los ERTE, los bonos sanitarios de la Xunta, que puede ayudarnos más adelante a mejorar la situación de reserva, etc.

Hubo cantidad de falsos rumores de clausura de hoteles por brotes de Covid. ¿Les han afectado?

L. L.: Fue horroroso y nos tocó a todos. Al primero le hizo mucho daño. Debemos ser serios y no difundir bulos porque detrás hay muchas familias. De nuestro grupo viven 300 entre los hoteles y la agencia de viajes y luego hablamos de más de mil empleos indirectos.

Ó. F.: La gente debe ser seria y contrastar lo que difunde porque esto afecta a todo tipo de negocios. En nuestro caso sí notamos una pequeña paralización de reservas.

 

En ciertos momentos también surgió la llamada “madrileñofobia” y es una de las comunidades que más clientes les aportan. ¿Ellos lo han percibido?

L. L.:. Sí y alguno se ha molestado. Es un error, los comportamientos irresponsables son cuestión de las personas no de su procedencia. Somos una comarca turística, hemos trabajado mucho no podemos dispararnos al pie.

Ó. F.: No, pero en todo caso es algo negativo. Hablamos de un virus global que se puede expandir de muchas formas y, de hecho, muchos de los contagios de últimamente vienen de reuniones familiares. Nuestros clientes siempre son bienvenidos, vengan de donde vengan. l

“Los clientes se van satisfechos, con la sensación de haber disfrutado y estar seguros”

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