El Concello tramita la caducidad del expediente del esqueleto del edificio con ratas de Progreso

El Concello tramita la caducidad del expediente del esqueleto del edificio con ratas de Progreso
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Antes de que diese comienzo el verano, el Concello de Sanxenxo inició los trámites para proceder a la caducidad del expediente del esqueleto del inmueble que desde hace casi tres décadas se ha convertido en un foco de insalubridad y un quebradero de cabeza para sus vecinos. Así lo aseguró ayer el alcalde, Telmo Martín, que afirmó que dio la orden para caducar el expediente como paso previo al derribo de la estructura. “Eso non pode seguir así. Os veciños teñen toda a razón en protestar, pero xa estamos a tomar medidas”, explicó.

Hace dos años, los propietarios tiraron la balconada de la estructura, uno de los elementos que incumplía la licencia urbanística, en un intento por legalizar la estructura presentaron un nuevo proyecto. Sin embargo, fuentes municipales, explican que el documento incumplía también la legalidad urbanística y no se pudo llevar a ejecución. Este parece ser el último cartucho que el Concello de Sanxenxo parece haber concedido a los propietarios. “Inténtamolo polas boas e agora o Concello de Sanxenxo xa vai a actuar porque iso non pode seguir así”, aseguró ayer el alcalde.
Sin embargo, Martín no se atreve a hablar de plazos. “Pode ser un proceso longo porque os propietarios supoño que alegarán, pero o Concello vai seguir coa caducidade do expediente como paso previo ao derribo”, asegura.

Afectados
Uno de los vecinos afectados por la situación de insalubridad del inmueble es Jose Antonio Garrido Pintos que ya ha tenido que desratizar hasta en dos ocasiones su vivienda tras interponer decenas de denuncias en el Concello de Sanxenxo desde que se paralizó la obra en 1993. 

A la cuestión de insalubridad del solar se suman los problemas de seguridad. Y es que lo que queda del vallado del solar no impide el acceso a su interior donde se acumulan restos de obra como sacos de cemento, una escalera y plásticos de distinto tipo, así como muebles y hasta menaje de cocina como platos o vasos. 

Y es que asegura Garrido que durante un tiempo un mendigo convirtió en su morada el espacio y que es habitual que jóvenes, especialmente durante el verano, se cuelen para hacer botellón. Sin embargo, el hueco que deja ver el sótano, desde varios metros de altura, así como los hierros oxidados y salidos de la estructura suponen un grave peligro si alguien accede al interior de la estructura que , a su vez, está llena de apuntalamientos.

El Concello tramita la caducidad del expediente del esqueleto del edificio con ratas de Progreso

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