Crónica | El problema de Sito con Colombia: “¿Tú sabes que le pueden pegar un tiro?”

Crónica | El problema de Sito con Colombia: “¿Tú sabes que le pueden pegar un tiro?”
Policías en un registro de la Operación Mito | gonzalo salgado

Las represalias que podrían sufrir sus colaboradores por parte de narcos colombianos pasaron a engrosar la lista de problemas de José Ramón Prado Bugallo, Sito Miñanco, después de que la policía holandesa interviniera un cargamento de 616 kilos de cocaína: “¿Tú sabes que le pueden pegar un tiro al hermano de Quique y a la madre?”. Esta pregunta se la hizo a su novia, Leonor Ivanova, dentro del coche Saab 93 pinchado en que la Policía interceptó cientos de conversaciones para sustentar la Operación Mito en la que nuevamente cayó el cambadés como presunto cabecilla de una organización criminal dedicada al narcotráfico. Hasta 40 personas fueron arrestadas. La agencia Efe ha tenido acceso a ese material que recoge los diálogos entre el histórico narcotraficante y miembros de su red antes de ser detenido el 5 de febrero en Algeciras (Cádiz), donde residía desterrado de su tierra natal por orden judicial.

El mayor alijo en alta mar
Tan solo un mes después de que el 1 de octubre la Policía española interviniese el mayor alijo de cocaína en alta mar (3.800 kilos) –que presuntamente importaba desde Colombia–, el arousano sufrió otro golpe con la incautación de 616 kilos de esa droga en Holanda.

La droga provenía también de Colombia y los narcos de ese país le reclamaban pruebas de esa operación policial en la que su colaborador Luis Enrique García Arango había actuado como intermediario. El narco gallego habla con él del tema el 29 de noviembre. “No hay duda es que la mercancía la cogieron y era nuestra”, le dice, y añade que “ahora hay que dar un poco de tiempo a que este diga cómo va a dar todos los detalles”. “Este” es “Kit”, Raymond Van Rij, el ciudadano holandés que debía recibir la carga en ese país y del que estaban a la espera de que mandase documentos probando la aprehensión de la droga. “Cuando las cosas salen bien, todo fenomenal, pero cuando no, esto se pone muy maluco porque todo el mundo empieza a pedir explicaciones”, dice entonces Luis Enrique a Sito. “Quique” o “Alan”, como se refiere a él Prado Bugallo en sus conversaciones dentro del coche con terceras personas, tiene un hermano en Colombia y se teme lo peor.


Pasados veinte días, el 19 de diciembre, las explicaciones de Holanda siguen sin llegar y la situación se pone más tensa. Así se lo traslada “Alan” a Sito a través de mensajes que su novia, Leonor, le lee en el coche. “Hay que poner un abogado cuanto antes, esto va a traer un gran problema”, le dice Luis Enrique a Sito, que le responde, también por mensaje: “Voy a darle el nombre de un abogado, voy a hablar con éste que tiene un abogado allí en Holanda” y “tranquilo que tendremos todos los datos, los sellos, lo que se cogió, tendremos todo, solo se necesita un poco de tiempo”.
La tranquilidad que intenta transmitirle por escrito se esfuma cuando, acto seguido, comenta el tema con Leonor. “¿Tú eres consciente de que después de cuarenta días y no haber dado ni un papel, eso no es lo normal?”, le pregunta ella, y el cambadés le responde que se da perfecta cuenta. Es más, añade: “No sabes la dimensión, tú no sabes la dimensión, nadie sabe la dimensión, nadie. ¿Tú sabes que le pueden pegar un tiro al hermano de Quique y a la madre? ¿Tú sabes que los pueden matar?”.

Cuatro días después, el tema sigue sin aclararse. “El tío dice (...) que eso es una mentira y que ahí no cayó nada. Sinceramente, yo creo que sí, lo de Holanda cayó, de hecho, bueno, yo perdí mi parte. Y este hijo de puta ahora está apretando a ‘Alan’”, explica Sito a otro de sus colaboradores, José Manuel Ferradas.

Un “encromail”
El 5 de enero, en otra conversación grabada en un segundo vehículo, un Peugeot 308, entre Luis Enrique y otro miembro de la red, Francisco Valle Parraga, el primero le cuenta una reunión que había tenido con “Kit” y con el hijo de un narco colombiano para hablar del alijo. En ese encuentro, relata, “Kit” reprodujo un video en el que un policía cuenta que se incautaron de 616 kilos de droga, pero el “chaval” colombiano, que está en todo momento hablando con su padre por “encromail” (mail encriptado), insiste en que la droga no tiene las marcas que la identifican como suya. El joven le enseña entonces el móvil y le dice: “Mira el mensaje que me le he mandado a mi padre”. Luis Enrique se niega a leerlo y el “chaval” insiste: “No lo vas a leer pero yo te lo voy a decir: que no vayas a Ecuador porque te van a matar”.

“Bueno, ya está, le dije yo al chaval, me matarán en Ecuador, en Colombia o en cualquier sitio”, relata Luis Enrique, porque “los de Ecuador estaban convencidos, igual que él, de que esto era un robo de ‘Kit’”.

Finalmente, el hijo del narco se cree las explicaciones y pide a “Kit” que le de la tablet donde habían visionado los videos para destruirla. “El chaval se la quedó, de película de cine. Venían solo con ganas de intimidar, de buscar problemas donde no los había, cuando vieron que la verdad es una, tuvo que echar para atrás”.

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