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miércoles | 24 abril | 2024
Vilanova mejora sus datos económicos. El regidor, Gonzalo Durán, y el teniente de alcalde, Javier Tourís, comparecieron este jueves junto al interventor municipal para detallar varios indicadores de esta positiva evolución en las cuentas.
Uno de los medidores donde más notablemente se ha visto esta progresión es en el periodo medio de pago a proveedores, el tiempo que, de media, el Ayuntamiento tarda en pagar sus facturas. En su punto más alto, en 2018, llegó a ser de 384 días, más de un año. Ahora, con datos del segundo trimestre de 2022, esa espera se ha rebajado hasta los 71 días. Es todavía un valor que supera en más del doble los 30 de máximo que permite la ley, pero la mejora es incontestable.
El primer edil siempre justificó aquella cifra de espera de tres dígitos a la deuda enquistada judicialmente con Celta Prix. Resuelta una parte importante del pleito, la situación ha, efectivamente, mejorado, en virtud también a los fondos del Estado para un nuevo plan de pago a proveedores ante la emergencia covid.
El estado de la deuda ha sido tradicionalmente caballo de batalla entre gobierno local y oposición, que llegó a cifrarla en algún momento en más de quince millones de euros. Durán afirmó ayer que en el punto más alto de endeudamiento no se superaron los diez millones. Y que hoy está aproximadamente en un total de seis millones de euros.
Dentro de este valor total de deuda, se distinguen las obligaciones pendientes de pago, que suponen 1,1 millones de euros, y lo que el Ayuntamiento debe a los bancos, la deuda financiera, que sería del orden de unos cinco millones y que “esperamos reducir a cuatro hacia final de año”. “Es nuestro objetivo”, enfatizó Tourís. La deuda con la Mancomunidade también cae: De alrededor de 400.000 euros a 69.000. “Ya no somos el Concello que más debe” al órgano supramunicipal, dijo Durán. “Estamos entre los que menos”.
Su teniente de alcalde subrayó otro valor, el del resultado presupuestario: “Vilanova tiene casi un millón de euros más de ingresos comparados con los gastos”. “El Concello se ahorra cada año un millón de euros”, para saldar deuda, ilustró Gonzalo Durán al respecto.
El alcalde recordó que, durante sus años en el gobierno, el Ayuntamiento incrementó el patrimonio municipal, con compra de bienes como la Casa de O Cuadrante, el pazo Vista Real, terrenos en O Terrón, la recuperación de As Sinas, bajos y locales como el club de jubilados. A eso habría que sumar mejoras de otros inmuebles como las casas de cultura y creación o reforma de campos de fútbol. “El patrimonio municipal se ha incrementado en diez veces”, afirmó el dirigente del ejecutivo local.
A mayores, su teniente de alcalde evidenció que “el Ayuntamiento de Vilanova cofinancia todos los proyectos con otras administraciones, como el ReacPon de la Diputación”, reprochando que otros municipios del entorno que “presumen” de gestión económica “no son capaces” de cofinanciar este programa, perdiendo importantes inversiones. Aunque sin citarlo, un evidente recado a Cambados. Por todo ello, Durán está convencido de que, si todo sigue así, “en dos o tres años podremos bajar impuestos”, afirmando que en estos años, a pesar de las sucesivas crisis, la bancaria, covid y ahora de inflación, no se ha aumentado la carga impositiva a los vecinos.
Tal era su optimismo que declaró que “la progresión de este Ayuntamiento es de las mejores de Galicia”, destacando que, debido a esta mejoría, “ya no podemos acogernos a los fondos y medidas de financiación extraordinaria”.
Eso sí, aunque mejora, Vilanova figura todavía en la lista de concellos más endeudados, siendo el segundo que más debe en relación a su número de habitantes, solo detrás de Catoira, con menor población. Continúa, además, sometido a un plan de ajuste económico, desde 2012. Y el Ministerio sigue obligando a medidas de ahorro, como la aplicada el lunes en Pleno al capítulo de gasto corriente del presupuesto, que obligó a reducir en 130.000 euros, a sumar a otros anteriores 30.000 euros de tijera.
En todo caso, Durán se queda con lo positivo: Que la situación mejora. “Vilanova no va bien, va muy bien”. Y criticó a la oposición por alimentar lo que calificó de “falsa leyenda negra” de la deuda y por “desprestigiar al Concello” con reiteradas acusaciones de “quiebra técnica y ruina”.
