Duros enfrentamientos y cruce de insultos entre trabajadores y el gerente del geriátrico

La concentración convocada ayer por la CIG con trabajadores y sindicalistas a las puertas de la residencia Valle-Inclán acabó con duros enfrentamientos y graves insultos entre los cerca de doscientos manifestantes, el gerente del geriátrico y empleados del mismo. La tensión en la que derivó el conflicto propició la presencia de agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local para apaciguar los ánimos.
Todo comenzó cuando después de una asamblea las trabajadoras despedidas llamaron a la puerta del centro con las sentencias de readmisión en la mano. El gerente, Francisco Rodríguez Janeiro, que se encontraba en el interior, se negó a abrirles la puerta y llegando a enfrentarse verbalmente con las personas que protestaban.
Entre el ruido y los golpes que los manifestantes daban a las puertas y ventanas del geriátrico, los ánimos se fueron tensando, sobre todo cuando un grupo impidió la salida del coche del gerente por la parte de atrás.
En ese momento se produjeron forcejeos, insultos subidos de todo y hasta un corte de mangas que Francisco Rodríguez Janeiro dirigió a las personas que estaban allí concentradas. Dada la dimensión del conflicto fue necesaria la presencia de agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local de Vilanova que apaciguaron los ánimos. La protesta ante la puerta de entrada de la residencia se efectuó después de una asamblea de delegados y trabajadores de la CIG en la que analizaron la situación laboral del geriátrico, la inminente subasta de las instalaciones de la residencia y la concesión de las 110 plazas públicas del centro. n