Entrevista | “El diagnóstico del Parkinson llega siempre tarde, cuando más del 50 % de las neuronas afectadas han muerto”

Entrevista | “El diagnóstico del Parkinson llega siempre tarde, cuando más del 50 % de las neuronas afectadas han muerto”
Costa Besada junto al resto del equipo, claves en el avance | cedida

A sus 31 años, la joven isleña María Alicia Costa Besada ha contribuido en nuevos avances para comprender cómo funciona y cómo luchar contra la enfermedad de Parkinson. Su tesis doctoral sobre la materia, presentada el pasado 27 de abril, ha recibido finalmente un sobresaliente cum laude, después de un trabajo de casi cinco años. 
Aunque el mérito y la calificación son suyas, no las asume íntegramente como propias. José Luis Labandeira García, director del grupo de investigación y de la tesis; Rita Valenzuela, codirectora de la tesis, y Begoña Villar, coautora de uno de los tres artículos que conforman el trabajo investigador son los nombres que no quiere disociar de este logro. Ni el de “cada uno de nuestros compañeros de laboratorio, que colaboraron en mayor o menor medida” y con los que ha insistido en acompañarse para esta fotografía.  
Ahondar en una enfermedad cuyas causas últimas y tratamientos definitivos son aún incógnita se hace difícil para quienes o tenemos la Biología algo oxidada o directamente un vacío en esta disciplina, para la que la aportación financiera en investigación sigue siendo fundamental, para todos, aunque en nuestras latitudes se haya hecho bandera justo de lo contrario. Aún así, aunque los mecanismos ahora descubiertos alumbren con toda su intensidad solo para los depositarios de este conocimiento específico, bienvenidos sean todos ellos. 

¿Por qué cuesta entender tanto algunas de las enfermedades o procesos como el Parkinson?
Porque son enfermedades con mecanismos muy complejos y con un origen multifactorial que convergen en la degeneración de una población concreta de neuronas; en el caso del Parkinson, las llamadas neuronas dopaminérgicas de la sustancia negra.

Que tienen un nombre que, de entrada, marea un poco...
Para entenderlo, digamos que sus características les proporcionan una mayor vulnerabilidad a los daños que se van acumulando con la edad. Además, se trata de una enfermedad que cuando aparecen sus primeros síntomas ya más del 50 % de las neuronas han degenerado.   

Y, ¿se sabe hoy a ciencia cierta qué causa este deterioro, por qué una persona acaba padeciendo Parkinson?
Bueno, por ahora es imposible saber las causas de la enfermedad de Parkinson esporádico, aunque existen varias hipótesis. Sin embargo, el 10 % de los pacientes de Parkinson lo son de origen genético, por lo tanto sí se puede saber la mutación que la causa, ya que estas sí están identificadas.

¿La investigación ha dado avances grandes en los últimos años?
Yo diferenciaría dos ámbitos. En cuanto a investigación básica, por ejemplo estudios de los mecanismos de la enfermedad, cada día se hacen avances en mayor o menor medida. Pero en cuanto a una aplicación clínica, es decir un tratamiento para la enfermedad, últimamente no ha habido muchos avances, de hecho el tratamiento más eficaz que hay hoy en día (la L-DOPA) es paliativo, es decir, no frena la enfermedad ni la cura, y es el que se lleva usando en las últimas décadas.

Según su pronóstico: ¿Veremos pronto cura o tratamiento definitivo contra esta dolencia? 
El problema que existe para hallar una cura para el Parkinson es que el diagnóstico de la enfermedad se realiza muy tarde, como decíamos, cuando más del 50 % de aquellas neuronas han muerto. Por lo tanto, habría que centrarse mucho en métodos de diagnóstico temprano, antes de que aparezcan los primeros síntomas de la enfermedad y poder proteger las neuronas que todavía no han muerto. También se está investigando en terapia celular con el objetivo de reemplazar las neuronas ya muertas, de hecho una parte de nuestro laboratorio se dedica a esto. 

Porque, ¿en qué posición están los aportes de Galicia a la investigación sobre Parkinson en el mundo?
En nuestro caso, nuestro laboratorio, dirigido por el profesor José Luis Labandeira García, es uno de los de referencia internacional y focaliza los estudios de Parkinson llevados a cabo en Galicia desde hace más de dos décadas. Digamos que es el nodo en Galicia de dos redes de laboratorios a nivel nacional, la red de terapia celular (TERCEL) y la red de enfermedades neurodegenerativas (CIBERNED).

Si entramos en el campo de la investigación, es casi obligado preguntar si cree que la financiación es suficiente para seguir avanzando ¿Está tan mal el panorama investigador como se dice?
En los últimos años ha disminuido mucho la financiación para la ciencia en España, al contrario de lo que ha sucedido en otros países de Europa que la han aumentado. Esto tiene como consecuencia la pérdida de personal investigador que fue formado en España y del cual se aprovechan otros países. Sí, hace falta mucha más financiación y, por supuesto, un compromiso del Gobierno para mantenerla e incrementarla año a año. 
Creo que esta va a ser la pregunta más difícil de todas, no para usted, evidentemente, sino para quienes intentamos entender, o al menor asomarnos, a qué ha demostrado exactamente esta tesis. ¿Qué se ha entendido sobre la enfermedad gracias a este trabajo?
Estudios previos demostraron que un sistema encargado de la regulación de la presión sanguínea, el llamado sistema renina-angiotensina, tiene un papel fundamental a nivel cerebral en el inicio y progresión de la enfermedad de Parkinson. 

Vale, de nuevo algún nombre que asusta un poco, pero hasta aquí creo que aún la sigo. 
Vale. Pues una de las características de esta patología es la disfunción mitocondrial; es decir, el mal funcionamiento de las mitocondrias en las células del paciente. En la tesis doctoral, compuesta por tres artículos publicados, se demuestra la existencia de los receptores de angiotensina a nivel mitocondrial y que modulan la función mitocondrial en el sistema nervioso central. Además, la investigación también prueba que estos receptores están implicados en la disfunción mitocondrial y en los procesos intracelulares relacionados con el envejecimiento y la enfermedad de Parkinson. 

Entiendo, entonces, que uno de los grandes avances se ha producido en la confirmación de esos receptores...
Sí. Y también se pone de manifiesto que estos mismos receptores de angiotensina se encuentran en el núcleo celular. Cuando estos se activan, desencadenan mecanismos que protegen a la célula contra los efectos de la angiotensina extracelular. 

Y me imagino que ese mecanismo de protección celular tiene mucho que ver con la enfermedad si este no actúa como debiera...
Claro. El problema es que, al envejecer, perdemos ese mecanismo protector, lo que permite la aparición de patologías como el Parkinson. Además, fueron identificados otros nuevos componentes protectores, conocidos como angiotensina 1-7 y su receptor, el receptor Mas, en las áreas cerebrales implicadas en la enfermedad de Parkinson, tanto en modelos animales como en células de pacientes.

Estos descubrimientos, ¿podrían acercar algún tratamiento?
Yo creo que la presencia y la función que desempeñan estos receptores del sistema renina-angiotensina de los que hablamos, en las mitocondrias y núcleos, sí se debe tener en cuenta para futuras estrategias terapéuticas. De hecho, existen estudios que demuestran que el uso de anti-hipertensivos puede disminuir el riesgo de padecer la enfermedad de Parkinson. Y disponemos de varios tipos de anti-hipertensivos interesantes para esta cuestión: Dentro de los que inhiben el receptor de angiotensina tipo 1, los hay que atraviesan o no la barrera hematoencefálica, es decir que si la atraviesan pueden actuar a nivel del sistema cerebral y también los hay que actúan solo extracelularmente o también a nivel intracelular.

Entrevista | “El diagnóstico del Parkinson llega siempre tarde, cuando más del 50 % de las neuronas afectadas han muerto”

Te puede interesar