Un estudio del CIM concluye la necesidad de animar el emprendimiento femenino

El Centro de Información á Muller (CIM) comarcal integra desde hace más de un año la atención a mujeres de Cambados, Meis y Ribadumia. Y, “por desgracia”, señala el gerente de la Mancomunidade, Ramón Guinarte; “la demanda es muy elevada”. Porque la afluencia al servicio está directamente ligada a las dificultades que atraviesa el colectivo, alentadas en los últimos años por la crisis y las dificultades laborales.
Por todo ello, el órgano comarcal realizó un estudio a nivel de O Salnés y especialmente centrado en estos tres municipios, concluyendo la necesidad de alentar el emprendimiento femenino como salida de autoempleo.
Y la idea resultante fue que mujeres que en su día se arriesgaron a lanzar un negocio y han conseguido sacarlo adelante de manera exitosa cuenten su experiencia a las que ahora se ven en ese punto de partida, con todas sus incertidumbres, peligros y oportunidades presentes.
El gerente de la Mancomunidade presentó ayer, junto al alcalde Luis Aragunde, un proyecto del que partirán tres simposios en los que canalizar ponencias de las empresarias, en cada uno de los municipios referidos. Ayer en Exposalnés estaban presentes algunas de ellas y perfilaron los datos del primero ya programado: Bajo el título “Móstrate”, será el viernes 3 de octubre en este mismo edificio, con entrada gratis, a partir de las cuatro de la tarde.
Habrá ocho relatos diferentes y ayer adelantaron su experiencia personal Silvia Rodríguez, que gestiona las visitas a los Jardines del Pazo La Saleta de Meis; y las hermanas Marta y Carmen Castro, de la bodega Lagar de Pintos (Ribadumia).
Silvia Rodríguez expuso que tras más de dos décadas en Madrid y una primera empresa fundada allí y que no dio los resultados esperados, decidió volver a O Salnés para relanzar las visitas a los singulares jardines que su madre llevaba abriendo al público extranjero durante 17 años. Su estrategia de marketing aumentó sensiblemente las visitas nacionales y el negocio prospera. También las hermanas Castro volvieron de fuera, tras varios años de estudios y experiencias en el extranjero, para ocuparse del negocio de casa, modernizándolo, y con la doble responsabilidad de trabajar en la empresa de una, pero también de la familia.