El excontable alardeaba de viajar a Punta Cana y a Salamanca a comer chuletones

El excontable alardeaba de viajar a Punta Cana y a Salamanca a comer chuletones
El exgerente de la pescadería de la Cofradía de O Grove declaró ayer como testigo en el juicio por el desfalco al pósito | f.a.

Dos viajes al Caribe en apenas cuatro meses, desplazarse a Salamanca a comer un chuletón “porque le apetecía a su cuñado” o ir de compras con su mujer un fin de semana a Madrid, formaba parte del modo de vida de Fabricio Fernández, según declararon ayer excompañeros del excontable del pósito en la tercera sesión del juicio por el desfalco en la Cofradía de O Grove.

Durante la sesión, empleados y exempleados del pósito revelaron un alto nivel de vida del excontable del que le gustaba hacer alarde. “Compraba ropa cara, pantalones de 200 euros y decía que se iba de viaje al Caribe con toda su familia y pagaba él”, declaró la administrativa de la Cofradía, Ana Pazos. Coincidieron también en que el responsable de la gestión económica del pósito recaía sobre él. “Era el que hablaba con el Consello de Contas e incluso, si no podía el patrón, venía conmigo a las reuniones con la Consellería do Mar”, expuso la exsecretaria María Jesús Besada, despedida por la pérdida de una subvención “importante”.

En sus conocimientos sobre contabilidad también insistió la actual secretaria el pósito, Lorena Fernández, que asumió el papel de contable tras la salida de Fabricio Fernández. “Él decía que tenía muchos conocimientos sobre contabilidad y que incluso la Cofradía le había pagado un curso”, apuntó. También incidió en la “confianza” y el poder del excontable en el pósito. “Todos le tenían que rendir cuentas a él”. La actual secretaria explicó que asumió el cierre de cuentas de 2009 con ayuda de la consultora SACE. Fue a raíz de estos trabajos cuando se detectaron “cosas raras y desvíos” lo que provocó que se apartase a Fabricio Fernández del trabajo y se le retirasen las claves.

Durante la sesión también se reveló a través de la defensa una de las últimas nóminas del excontable que ascendía a 1.100 euros y en la que aparecía una deuda con la pescadería de algo más de 600 euros.

Otro de los testimonios recogidos en la vista oral de ayer fue la del exgerente de la pescadería, Ricardo Pombo, que no supo aclarar quien asumió el control económico de la misma durante sus vacaciones ni tampoco quien le había facilitado la clave de la caja fuerte de la que aseguró que solo tenían la clave Fabricio, Lourdes y él. Minutos más tarde, su hermana y también trabajadora de la pescadería, Ángela Pombo, declaró que también la conocía. El exgerente asumió en 2009 la gestión de la pescadería coincidiendo con su apertura y fue despedido poco después tras detectar un descuadre de 900 euros en las cuentas sin justificar. “No podía fiar y lo hice, no pagaron y me despidieron”, explicó. Una falta considerada muy grave como así recoge su carta de despido. pombo explicó que en más de una ocasión Fabricio Fernández realizaba retiradas, en algún caso de 7.000 euros, para “hacer pagos”.Pombo recordó que un viernes, el excontable llamó a la pescadería para que le esperasen porqe necesitaba retirar dinero para hacer un pago. “Nos dijo que estaba en Pontevedra y llegó sobre las diez de la noche”, explicó el exgerente de la pescadería. l

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