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sábado | 20 abril | 2024
Dos empleados del Casino La Toja, ahora ya jubilados, declararon ayer en la tercera sesión del juicio por el desfalco en la Cofradía de O Grove. Clemente González señaló que el excontable del pósito era “de los primeros clientes del día” y que jugaba “habitualmente a la ruleta”. Respecto a la frecuencia con la que acudía ni Clemente González ni tampoco Carmelo Bea supieron especificar. Fue precisamente este último el encargado de explicar el sistema para jugar por el casino revelando que solo quedarían reflejados los cargos realizados por tarjeta, pero nunca con efectivo. “No podemos contabilizar lo que gasta un jugador porque estaríamos atentando contra la protección de datos de nuestros clientes. Solo queda registrado lo que se gasta con tarjeta o por transacción bancaria”, explicó Carmelo.
Ambos coincidieron también, a preguntas sobre el comportamiento y costumbres del acusado, que acudía solo al casino. A pregunstas del abogado de la Cofradía sobre cómo era su comprotamiento.en sala. “No hablaba con nadie, iba, jugaba y se marchaba”, declararon. Respecto a si tenían conocimiento de sus ganancias en el juego. “Supogo que habría días que ganaba y otros que perdía. No me fijaba, si ganase 300 jugadas seguidas pues igual sí me llamaba la atención por si estaba haciendo trampas”, explicó Clemente González.
A la sala y de forma abrupta llegó en el turno de interrogatorio de los trabajadores del casino una conversación realizada en los pasillos del juzgado esta misma semana con el acusado. El abogado de la cofradía se interesó por el contenido de la misma a ambos empledos e incluso llegó a preguntar si el excontable les dijo lo que tenían que declarar. Ambos negaron instrucciones por parte del acusado y aseguraron que solo “me saludó, me dijo que sentía que su abogado me llamase a declarar y que dijese la verdad”.En el banco
Durante la sesión del juicio de ayer fueron llamados a declarar como testigos dos exdirectores de la entidad bancaria Caixabank con la que la Cofradía de Pescadores San Martiño llegó a un acuerdo esta misma semana. Durante sus decaraciones aseguraron que se enteraron del desfalco en primer lugar por la prensa y que el 13 noviembre de 2010 les llegó un burofax de la Cofradía solicitándoles datos. Respecto al control de los movimientos,.uno de los directores de la Caixa durante el periodo donde se sitúa el desfalco aseguró que “la Cofradía era uno de los mejores clientes con unos ingresos en nuestra entidad que se movían entre los 12 y 13 millones de euros, hacían muchos movimientos y era imposible controlarlo todos los días". l
