10º-17º
jueves | 25 abril | 2024
Miguel Ángel Pérez se pasó la tarde del jueves en su despacho de la Alcaldía, donde mantuvo diversas reuniones con vecinos a la espera de que, a las 20 horas, diese comienzo la comisión informativa del PXOM, previa al pleno.
Ni se enteró del momento en el que llegó Heladio Outeiro. Y mucho menos del momento en que el edil nacionalista estiró la bandera catalana y la colgó del balcón del Consistorio.
Cuando lo hizo llevaba ya minutos en la fachada del Concello y, sorprendido, ordenó a Outeiro la retirada inmediata de la bandera.
El edil nacionalista trató de explicarle al alcalde el significado de este acto, coincidiendo con el Día de Cataluña, y con el hecho de que O Grove sea una municipio turístico que acoge cada año a miles de catalanes.
Pero el alcalde no estaba dispuesto a escuchar. Enérgicamente ordenó la retirada de la bandera y Outeiro la recogió.
El alcalde reconocía ayer que también pidió al secretario municipal, presente en el momento en que se produjo este pequeño incidente, que emita un informe sobre lo ocurrido, por si el concejal del BNG hubiese incurrido en algún tipo de delito o de sus actos pudiese derivarse alguna responsabilidad, caso en el que tomaría las medidas pertinentes.
perplejos
Ambos protagonistas de este incidente se mostraban ayer “perplejos” ante lo ocurrido. Heladio Outeiro porque no barajó en ningún momento que la reacción del alcalde fuese tan enérgica y no pensó que nadie pudiese molestarse por la colocación en la fachada del Consistorio “de unha bandeira constitucional, que a utiliza o PP en moitos actos. Pretendía ser, simplemente, un xesto de cortesía”.
Pero a Heladio Outeiro le molestó, sobre todo, “a mala educación do alcalde, tanto o xeito como me falou, a gritos, como que non quixera atender a razóns”.
Miguel Ángel Pérez, por su parte, reconoció estar “harto” de las “payasadas de este concejal”. Asegura que se dirigió a él “siempre de modo correcto, pero muy firme, porque me resultó intolerable que llegase al Concello y, sin pedir ningún permiso ni comentarlo con nadie, colgase allí aquello”.
“Es cierto que no quise escuchar argumento alguno. Estaba indignado. Heladio Outeiro debe entender que puede empapelar su casa, o decorarla, como mejor considere, pero no el Consistorio”.
A Miguel Ángel Pérez le resulta contradictorio este tipo de incidentes con el discurso que lleva el portavoz del BNG “de que viene al Concello a interesarse por los problemas de los vecinos. En todo el tiempo que yo llevo aquí, nunca me encontré con ninguno que mostrase el más mínimo interés por este tipo de cosas”.
En el fondo, Miguel Ángel Pérez reconoce, con cierta ironía, que esta forma de “hacer política” que desarrolla el BNG “me encanta”, pero “empieza a cansarme”. n
