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sábado | 20 abril | 2024
El Servicio Marítimo de la Guardia Civil (Semar) tuvo que remolcar ayer hasta el puerto de Sanxenxo a dos embarcaciones de recreo que se encontraban en apuros en la ría de Pontevedra. Una sufrió una avería de motor y estaba a la deriva y la otra, un yate, se enganchó a las boyas de balizamiento de la playa de Silgar. En este caso, un acelerón accidental de su patrón provocó que una persona de la tripulación, de avanzada edad, sufriera una caída y tuvo que ser trasladada a un hospital con lesiones leves, según informó el Instituto Armado.
Este fue el primer rescate del día. Tuvo lugar sobre las 13:30 horas cuando la patrullera Río Guadalope –como el afluente del Ebro– recibió el aviso de que un yate se encontraba sin maniobra al haberse enganchado la hélice a las boyas de balizamiento del canal de acceso a la playa de Silgar y existía riesgo para sus ocupantes: el patrón, un vecino de Pontevedra, sus dos hijos menores de edad y un lucense, con domicilio en Murcia, que luego resultó herido. Los agentes tuvieron que cortar los cabos de las boyas para liberar el barco y poder remolcarlo y una vez en el puerto se quitaron las cuerdas atrapadas en la hélice. Allí fue cuando sucedió el accidente que provocó la caída del hombre porque el patrón accidentalmente dio un fuerte acelerón y perdió el equilibrio.
El segundo aviso llegó sobre las 14:50 horas y se trataba de un barco de recreo a la deriva a una milla de la costa por una avería en el motor. Lo encontraron sobre las 15 horas y se procedió a su remolque al puerto deportivo de Sanxenxo con la embarcación auxiliar de la Río Guadalope. Según la Guardia Civil, a bordo iban un total de siete personas, todas ellas con domicilio en Madrid.
