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viernes | 19 abril | 2024
La fortuna y el arrojo de una vecina de A Illa frustraron un robo de al menos cuatro motores fueraborda equipados en otras tantas lanchas planeadoras amarradas en la playa de A Abilleira.
El azar porque quiso que entre las dos y media y las tres de la madrugada del jueves, la residente se levantase de cama y echara un ojo por la ventana, hacia donde la familia amarra una de las embarcaciones, justo cuando unos desconocidos trasteaban en aquella flota. Y los arrestos porque tuvo los suficientes para abrir el vidrio y echar un grito a los asaltantes, que huyeron precipitadamente del lugar.
Con todo, el alcance del suceso, entonces subestimado, se descubrió al amanecer. Lo que de noche parecía el deambular de unos chavales o simples gamberros se constató como la acción de ladrones bien equipados, que habían conseguido arrancar dos motores y empezado a desmontar otra pareja de fuerabordas.
En su fuga a todo trapo, también se dejaron todo tras de sí: Los propios motores ya extraídos e incluso las herramientas de corte utilizadas, tipo tenaza.
La fortuna, aún así, fue dispar. Porque si bien es cierto que los dos fueraborda quedaron tendidos sobre la arena, entonces en plena seca, la subida de la marea durante la llegada del alba terminó por sumergir por completo ambos motores, que tuvieron que ser recuperados del fondo y que ahora deberán afrontar una profunda reparación de su parte eléctrica, explicaba ayer el patrón mayor, Juan José Rial Millán.
Los daños en el resto de embarcaciones afectadas no fueron menores. Una se fue al fondo debido al trasteo de los ladrones en popa. Además, los cables y conexiones de los fueraborda fueron cercenados y arrancados de manera violenta, así que tocará pasar por el taller, con gastos “considerables” que algunos situaban ayer no por debajo de mil euros.
El patrón mayor explicaba que las pérdidas pudieron ser todavía peores, porque si finalmente hubieran desaparecido los motores, cada uno de ellos no bajaría de 6.000 ó 7.000 euros. Algunos marineros afectados explicaban ayer que todavía estaban haciendo frente al pago del crédito de compra del propulsor y la situación del sector, subrayaba el patrón mayor, es límite, con el paro obligado en la actividad marisquera y las enormes trabas de la administración para poder acceder a los pagos compensatorios por este paro. Así que el trance económico para estas familias, aún evitada la mayor, el robo; no será sencillo.
La Guardia Civil ha iniciado ya las correspondientes investigaciones. Algunos vecinos aportaron incluso fotografías de un furgón sospechoso visto en los días previos merodeando la zona y que los más suspicaces decidieron fotografiar alertados por la creciente oleada de robos en embarcaciones que sufren ambos lados de la Ría en las últimas fechas.
