A Illa vive su día del Carmen con gran emoción y un llamativo pasacalles de homenaje

Los isleños vivieron ayer con gran emoción la celebración en honor a la Virgen del Carmen. La gran devoción que siente la localidad por la protectora de los marineros se dejó notar con escenas cargadas de sentimiento en una jornada donde estuvo muy presente el recuerdo del joven bateeiro Harry Otero, fallecido en febrero, y otros compañeros a los que el mar arrebató la vida. La siempre multitudinaria procesión por mar quedó suspendida por el coronavirus, pero la comisión de fiestas quiso hacer algo especial y realizó un bonito pasacalles hasta el cementerio donde se posó una corona de flores en memoria de los que ya no están. Sus miembros sacaron del armario el uniforme de marinero, que visten ya desde hace años, y lucieron mascarillas con la imagen de la virgen bordada. Además no faltaron sus cantos de la Salve Marinera.

La misa principal, la de mediodía, reunió a un buen número de fieles. Las medidas para evitar contagios por la Covid-19 impidieron entrar a todos y más de medio centenar se quedaron en la puerta. En el interior del templo todo el mundo portaba sus mascarillas y los asistentas cambiaron el agua bendita por el gel hidroalcohólico que la parroquia tenía a disposición en una mesita. Entre ellos había autoridades como el alcalde, Carlos Iglesias, y representantes de la Cofradía de Pescadores San Xulián, como el patrón mayor Juan José Rial Millán. Ambos eligieron para la ocasión el mismo modelo de mascarilla con dibujos de peces. 

Cuando terminó el oficio, los miembros de la comisión entraron en fila para mostrarle sus respetos a la virgen y en ese momento no fueron pocos los que echaron alguna lágrima. Nadie pudo tocar la talla, como es habitual, y a la salida, el pasacalles únicamente portó el estandarte con su imagen hasta el camposanto. Allí se le sumaron otros vecinos que quisieron acudir ese día a llevarle unas flores a sus seres queridos.