Los moradores de Areoso salen a la superficie

Los moradores de Areoso salen a la superficie
la asociación pandulleiros halla restos óseos de animales y otros sospechosos de pertenecer a seres humanos

El islote de Areoso es un paraíso terrenal pero no solo desde un punto de vista “playero”, sino también histórico y arqueológico. En su pequeña extensión se aglutinan cinco enterramientos megalíticos y guarda aún mas sorpresas que van apareciendo conforme pasan los años, conforme el agua de la Ría de Arousa va dejando al descubierto el paleosuelo y el viento aparta la arena. No en vano, los marineros dicen que la isla se mueve, circunstancia que también hace peligrar toda la riqueza oculta y aún por descubrir, y el motivo por el cual la asociación Pandulleiros hizo ayer un nuevo llamamiento a las administraciones para que protejan y apuesten por la investigación en este lugar. Lo hicieron aprovechando un nuevo hallazgo de gran relevancia: la aparición de huesos y restos orgánicos. Francisco Cores, unos de sus miembros, explicó que en la relación hay conchas “e moitos restos óseos de animais, como unha queixada dun rumiante, e outros que nos parecen de persoas, como unha columna vertebral que polas súas características fainos sospeitar”.
Las construcciones humanas que se erigen en el islote, así como los restos de cerámica y dos punzones encontrados en las campañas de excavación realizadas hace ya más de 20 años –las primeras y únicas– atestiguan que estaba habitada, aunque surge la pregunta de si era un poblado permanente o un destino ocasional, quizás sagrado o no. De hecho, es la falta de continuidad en las investigaciones la que lleva a este grupo de amigos con gran afición por la historia y la arqueología a hablar siempre desde la prudencia y a reivindicar la implicación de la administración. “Temos que contactar con paleontólogos, arqueólogos ou antropólogos para que investiguen e divulguen estes achádegos. Nós somos afeccionados e precisamente o noso propósito é conseguir a intervención de expertos, sobre todo porque isto non é un castro que pode permanecer miles de anos inamovible, Areoso pode desaparecer baixo o mar”, añadió el isleño.
Cores fue uno de los descubridores de estos restos durante una visita realizada la semana pasada a este islote de arena blanca y aguas cristalinas ubicado en plena ría arousana. Su objetivo era comprobar el estado de los restos arqueológicos ya registrados en el lugar pero se encontraron con una sorpresa mayor. Lejos de los enterramientos megalíticos, en ese paleosuelo que el mar dejó al descubierto para privilegio de estos visitantes que reclaman mayor atención sobre este islote y otras zonas de gran riqueza como la necrópolis de Os Bufos, “á que hai pouco case lle pasan cun tractor por enriba”.
En su opinión, la incorporación de Xidoiro Areoso y la isla de Rúa al Parque Nacional das Illas Atlánticas le ofrecería la máxima protección posible, limitando el acceso del hombre. De hecho, es una vieja reivindicación que no ha sido atendida. En el caso de Areoso, la Xunta le concedió una serie de medidas pero no se consideran suficientes. De hecho, la semana pasada un grupo de Pontevedra acampó en la zona cuando se trata de una actividad prohibida.
Los “pandulleiros” esperan ahora la implicación de los expertos para averiguar más sobre los restos. ¿Serán de los primeros moradores de Galicia?, ¿quizás de los mouros?, esos seres de la mitología gallega a los que los gallegos atribuían hace siglos el origen de castros, mámoas, etc. Si algo prometen es que por ellos no caerán en el olvido. n

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