MEIS-De cuando A Armenteira llegaba a Rande y los meisinos pagaban tributos a los templarios

MEIS-De cuando A Armenteira llegaba a Rande y los meisinos pagaban  tributos a los templarios
Diario de Arousa-2015-01-29-012-31b02a69

El salón de Plenos del Concello de Meis se llenó de público ayer al mediodía para acoger la presentación de una nueva obra de uno de los profesores más queridos en el municipio en las últimas décadas.
Mario Gallego Rei, a quien el Ayuntamiento impuso el título de cronista oficial de la localidad, presentó un nuevo trabajo  sobre la historia local, en una cita que también contó con la presencia del alcalde, José Luis Pérez, y miembros de su equipo gestor.
El cronista ha publicado el libro “Fundacións en Meis”, que hace un repaso de aquellas entidades o personas jurídicas sin ánimo de lucro que dejaron su huella en la localidad, rastreando papeles y monumentos desde el siglo XI a la actualidad.
El autor hizo un rápido repaso a su clasificación, antes de entrar en detalles sobre templarios, mitras, tributos e historias medievales que mantuvieron la atención del público durante casi una hora.
Así, planteó una distinción entre fundaciones religiosas y laicas, siendo más numerosas las primeras, donde se incluye un exhaustivo repaso por la historia de buena parte de las capillas de la localidad, de sus cofradías religiosas históricas, de los encargos de enterramientos y de divisiones de tierras casi administrativas que dependían del monasterio de la localidad.
Mario Gallego desplegó sus conocimientos ilustrando al respetable sobre los cinco prioratos en los que la comunidad religiosa con gran peso en A Armenteira dividía gran parte de sus tierras, al cuidado de monjes, y que llegaban hasta Cambados, Sanxenxo, A Lama e incluso Rande. Con todos estos dominios, los monjes se aseguraban sustento de pescado seco o salado en el monasterio durante todo el año y podían vender el excedente.
El poder económico de A Armenteira llegó a ser tal que el cronista cifra que un 10% de las ganancias se destinaban a dar de comer a diario a los pobres y mendigos que se agolpaban a las puertas del templo.
De Meis también señaló que sus cuatro parroquias del norte respondían tributariamente ante Compostela, pero las tres restantes no y que varias localidades meisinas llegaron a pagar impuestos a la mítica Orden del Temple, que incluía estas tierras dentro de su propia división administrativa con capital en Coia (Vigo). El libro recoge inscripciones sobre los templarios en monumentos todavía en pie.
Entre las fundaciones laicas, destacó dos: Las comunidades de riego y las escuelas “americanas”. Los emigrantes gallegos en América ya en el siglo XIX se dieron cuenta de que, debido a su baja formación, no podían aspirar a trabajos cualificados al otro lado del Atlántico. Así que mandaron fondos a su tierra natal para crear escuelas, con bibliotecas, un lujo de la época, y excursiones obligatorias para abrir las fronteras del mundo a los jóvenes. La primera en Meis se fundó en Paradela, la segunda en la zona de Baión y una tercera en Santo Tomé.
El autor invita ahora a todos los vecinos a repasar la obra y, si lo tienen a bien, “correxirme onde sexa necesario e seguir investigando” y ahondando en la historia de un municipio “ao que nunca lle poderei devolver todo o que fixo e fai por min”, concluyó el escritor.

MEIS-De cuando A Armenteira llegaba a Rande y los meisinos pagaban tributos a los templarios

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