La nueva ordenanza de tráfico generaliza el límite de velocidad a 30 y crea la “illa de peóns”

La nueva ordenanza de tráfico generaliza el límite de velocidad a 30 y crea la “illa de peóns”
Una de las calles de O Grove donde ya está implantada la zona 30 | cedida

La nueva ordenanza municipal de tráfico de O Grove entrará en vigor dentro de 15 días, después de haber superado el periodo de exposición pública sin la presentación de alegaciones. La normativa prioriza al peatón –crea la figura de la “illa de peóns”– y el uso de medios de transporte diferentes al vehículo particular y regula algunas cuestiones como las tarjetas de residentes y crea capítulos específicos para los peatones y las bicicletas, entre otras cuestiones.
El propio texto expone que la anterior normativa data de 1993 y fue modificada hace siete años para introducir un cuadro de sanciones, pero, desde entonces, la situación ha cambiado y es preciso caminar hasta “conseguir unha mobilidade máis sustentable” pues la anterior priorizaba el coche particular.
La ordenanza está dividida en 12 títulos en los que se hace una exhaustiva calificación de vías y se recopilan las normas generales de circulación, entre otras cuestiones. Así, establece el límite máximo de 30 kilómetros por hora en las vías urbanas, aunque el gobierno también podrán hacerlo en las rurales cuando, por ejemplo, no tengan el ancho suficiente para dos carriles o estén cerca de edificios sensibles (centros sociales, deportivos, jardines, etc.) No obstante, se mantendrá en 50 kilómetros por hora en aquellas donde así se señalice.
En el capítulo para los peatones, estipula que la administración local puede crear la llamada “illa de peóns”, esto es, la prohibición total o parcial de la circulación y el estacionamiento de coches (o solo una cosa) en una zona de la población con el fin de “reservar todas o algunas das vías públicas” para los peatones. Estas deberán tener su correspondiente señalización y se determinarán mediante un bando.

Apartado para bicicletas
Y es que el peatón está en la cumbre de las prioridades de la nueva norma y el coche privado de último. Por en medio, el transporte público, las bicicletas y las motos, por este orden. De hecho, las segundas tienen un apartado propio que estipula una velocidad máxima de 10 kilómetros por hora (con algunas excepciones) y otras obligaciones y derechos. Incluso establece la posibilidad de crear un registro, útil en caso de robo. También regula el uso de patines y las tarjetas de residentes, entre otros preceptos.

La nueva ordenanza de tráfico generaliza el límite de velocidad a 30 y crea la “illa de peóns”

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