Reportaje | El Mejillón y su pregón honran al sector, a la conserva y a la historia de la villa

Reportaje | El Mejillón y su pregón honran al sector, a la conserva y a la historia de la villa
Los actos centrales de imposición de los distintivos de la fiesta tuvieron lugar ayer desde las 13 horas | mercedes rolán

Multitudinarias. Las fiestas del Mejillón y del Berberecho de este año en Vilanova se recordarán por la afluencia y por el incremento de la programación, sobre todo en lo musical. Sés, Siniestro Total y Panorama pusieron los platos fuertes este fin de semana gracias a la fiesta y al Rockin’ Vila. Y ayer, en la jornada de clausura, tocó pregón y entrega de insignias de oro y brillantes, que reconocieron el papel del sector del mar, del conservero y también la propia historia de la localidad.
Fue en un acto con pregón a cargo de David Perdomo, que no perdió la ocasión para arrancar unas risas a los centenares de congregados frente al Consistorio, pero también para poner en valor la labor de los mejilloneros y mariscadores. Igualmente, hizo repaso a algunos hitos de la historia local, ensalzando el yacimiento de Cálogo.
Homenajeados
Desde las escaleras, el acto presidido por el alcalde, Gonzalo Durán, contó con el respaldo del conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, así como del delegado de la Xunta, Cores Tourís, alcaldes y concejales de otras localidades vecinas, como Ribadumia y Sanxenxo, además de la patrona mayor, María José Vales.
Los homenajeados ayer fueron el mejillonero y constructor de bateas Manuel Janeiro, además de las conserveras Roma y Dardo.
El regidor, alabó la dilatada trayectoria de esta última, con inicios en 1943 en A Illa y la adquisición en 1969 por Antonio Otero y Dolores Oubiña. Hoy, con capacidad para 200 operaciones y procesado de 50 toneladas diarias, es uno de los referentes. Recogieron el galardón, las ya nieta y bisnieta de aquellos empresarios, Dolores y Pilar.
El otro referente conservero homenajeado ayer fue Conservas Roma, que hunde sus orígenes en la firma A Churrusquiña, allá por 1957, consolidando más de seis décadas después una elaboración que ha introducido tecnologías, pero “na súa xusta medida”, para priorizar un trabajo artesanal. Recogió el premio Emilio, hijo del fundador Antonio Roma.
Manuel Janeiro fue el tercer condecorado ayer con la insignia de la fiesta. Nacido hace 84 años, comenzó en el mundo del mejillón en 1956, tras el servicio militar obligatorio, apenas una década después de la instalación de la primera batea en la Ría de Arousa. Del mejillón se ha ocupado de la comercialización, transformación, producción, exportación y también de la construcción de bateas para su cultivo y fue parte del asociacionismo del sector durante años.
La fiesta del Mejillón llegó ayer a su clausura por la noche, con los monólogos del propio Perdomo y de Oswaldo Digón. Fueron días de degustación en la carpa a cargo del Chispa, de ofertas del comercio local en su feria de oportunidades, música, humor, turismo e historia local. l

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