SANXENXO - De un bodegón a la máxima expresión artística

Cuenta Diego Vieites, profesor del Centro Municipal de Arte de Sanxenxo, que “a pintar pódese aprender e é máis sinxelo do que pode parecer”. El método está contrastado pues hoy son muchos los alumnos que han pasado del lápiz, el carboncillo y el bodegón de rigor para cualquier novato, a dar rienda suelta al pincel y pasar por corrientes artísticas jamás imaginadas. Todo gracias a una iniciativa de la Concejalía de Cultura poco habitual en las localidades porque no se trata de clases de pintura al uso, sino que el centro abre sus puertas de lunes a jueves, de 12 a 14 horas y de 19:30 a 21:30 horas, y los usuarios van cuando quieren. 
Actualmente cuenta con 14 satisfechos alumnos. Algunos acuden desde hace años, como Sebastián Silva Lema, un vecino de Sanxenxo que probó hace siete y ya no se ha ido. “Esta actividad es muy enriquecedora”, comenta tras mostrar su evolución: de hacer dibujos a lápiz en casa a trabar el óleo y conseguir unos resultados que les gusta exhibir en las exposiciones que periódicamente organiza el centro. 
Los usuarios destacan las bondades del taller sobre otras iniciativas, para empezar porque se desarrolla “nun espazo tan amplo e ben iluminado e cuns profesores tan fantásticos”, explica Lidia, una vecina de Vilalonga a la que la jubilación como docente le ha regalado el tiempo  necesario para dedicarlo a esta afición. Para ella, que cada alumno tenga una orientación personalizada y pueda marcar su propio ritmo es todo un lujo. 
De la misma opinión es la joven Rosana, de Poio, a la que le gustaría dedicarse profesionalmente a esto e indica que “en otras escuelas los profesores te frenan para que vayas al mismo ritmo que el resto de compañeros”, pero “aquí no y eso te permite avanzar en métodos distintos y marcarte tu propio calendario”. No obstante, valora muy positivamente pintar en grupo. “Es una fantástica terapia, aprender unos de otros, compartir temores, dudas...”, añade. 
Todos recomiendan pasar por el Centro Municipal de Arte de Sanxenxo. “A calquera veciño e no só porque se pode aprender a pintar con máis facilidade da que calquera pensa senón tamén polo bo ambiente que hai e o compañerismo que marca a nosa relación”, apunta el portonovés Gerardo González. 
Una de las más veteranas lo corrobora cuando dice: “Me falta algo si un día no puedo venir”. Se llama Manuela Martínez y lo hace ante dos grandes licencios con imágenes de caballos salvajes. Su trayectoria profesional siempre estuvo vinculada a la creación, pero la expresión artística plasmada había quedado relegada a la intimidad de su hogar y “desde que vengo aquí he aprendido muchísimo”, relata. 
El concejal de Cultura,  Roberto Carlos Agís, se suma, como no, a la recomendación, recordando que también hay un espacio para niños. La inscripción permanece abierta de manera permanente y el único requisito es querer pintar, lo que sea.