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miércoles | 24 abril | 2024
Cruz Barbeito, número 2 de SAL, presentó esta semana por registro su renuncia al acta de concejal. Será el pleno del próximo mes de noviembre el que tenga que ratificar esta petición, comenzando el plazo para que Sanxenxo Agrupación Liberal designe al nuevo concejal que la sustituirá.
La participación de Cruz Barbeito en la Corporación municipal ha sido más bien efímera. Su última asistencia es de este año, 2013. La edil de la formación independiente había acudido, al parecer, con la intención de presentar su renuncia en la sesión que fue interrumpida por la presencia de preferentistas. Hacía más de un año que no se dejaba ver por el Consistorio.
Y es que la aparición de Barbeito en política estuvo marcada por la polémica desde su inicio. Fue su participación en la Plataforma en defensa de la seguridad vial en el PO 308 lo que hizo que los promotores de SAL se fijasen en ella para proponerle formar parte de una lista electoral para la que también buscaron un líder con escasa experiencia política.
En aquel momento no importaba. SAL nacía con el claro propósito de desbancar al PP de la Alcaldía y buscaban candidatos que pudiesen aportar votos. La implicación de Barbeito en la Plataforma de la PO 308 hacía que cumpliese el perfil.
SAL se convirtió en la segunda fuerza más votada, logrando en las elecciones de 2011 tres concejales, aunque fueron muy escasas las sesiones en las que coincidieron los tres ediles electos.
En una asamblea celebrada en el mismo mes de mayo de 2011, algunos afiliados de SAL ya plantearon la conveniencia de que Cruz Barbeito presentase su dimisión, algo que ella rechazó de plano. Y su postura se fue radicalizando, alejándose totalmente de los postulados de SAL.
Durante poco más de un año Cruz Barbeito seguiría participando en los plenos, pero ya no en las reuniones de la agrupación, desconociendo por tanto los planteamientos de SAL sobre las cuestiones a debatir en las sesiones plenarias.
Y eso se dejaba notar en el momento de las votaciones. En la primera sesión, SAL ya dejó claro que cada concejal “iba por libre”, y cada uno de los tres votó en sentido diferente a la propuesta de constitución de comisiones planteada por el Gobierno local. Pudo ser descoordinación. Pero en sesiones posteriores quedaría claro que Cruz Barbeito no acataba disciplina alguna.
En los últimos meses la edil de Portonovo recibió multitud de llamadas en las que sus propios compañeros le pedían que renunciase a su acta de concejal y permitiese que otro compañero siguiese trabajando. Cuando ya habían perdido la esperanza de que Barbeito atendiese a sus demandas y desde SAL asumían que acabarían la legislatura con dos concejales, llega la renuncia y, por tanto, una nueva etapa.
