Una Semana Santa a domicilio, en las redes sociales y a ritmo de campanadas

Una Semana Santa a domicilio, en las redes sociales y a ritmo de campanadas
La comarca vivió ayer un ritmo frenético de reparto de roscas de Pascua y en Cambados los vecinos celebraron la liturgia con velas desde sus ventanas | mónica ferreirós

Semana Santa atípica la de este año; “histórica, aínda que xa podía ser por outra cousa”, puntualizaba ayer Suso Barreiro, uno de los protagonistas de estos días de tradiciones truncadas por el confinamiento. En su caso en la venta de la rosca de Pascua, pero desde la semana pasada desde la Panadería Puentearnelas se pusieron las pilas anunciando en redes sociales que habría reparto hasta la mismísima puerta del ahijado de turno y al final, “foi mellor do esperado e menos mal, venderiamos  o 70 por cento do ano pasado”, explica mientras despacha en su establecimiento, porque algún cliente aprovechó la compra del pan para llevarse una, pero eso sí, como cualquier día desde que empezó el aislamiento: en fila, con separación y entrando de uno en uno. Ya bastante “medo, nervios e incertidumes pasamos a primeira semana do estado de alarma porque, claro, tiñamos que abrir con pan e viño cómese, que se di, e estamos con protección diaria”, rememora el panadero. Con todo, el 90 % de la venta ha sido a domicilio y “a xente estaba encantada e sen problema de pagar a suba de prezo que tivemos que facer para amortizar o desprazamento”.

En su caso disponen de reparto todo el año para la entrega diaria del pan y poco ha variado por el coronavirus: Llega lo deja en la bolsa y se va; a veces ni ve al cliente. No obstante, ahora se estila la bolsa de tela –según algunos estudios la supervivencia del virus en el plástico es mayor– y hay vecinos con “persoas maiores ou vulnerables na casa que teñen medo, así que se lles deixamos para toda a semana e van conxelando”.

 

Abrir solo para la ocasión

Otros como la Pastelería Costa tuvieron que habilitarlo para la ocasión. La mítica confitería, la primera de Cambados con más de medio siglo de existencia, llevaba 15 días cerrada por el confinamiento, pero no podía dejar a sus clientes sin la rosca de Pascua y siguiendo un sistema similar a Barreiro –mediante el Facebook– se corrió la voz y acabaron vendiendo unas 200 unidades. “Nunca tuvimos reparto, pero había que buscar la manera y las ventas han sido menores, sobre un 40 % menos que otros años, pero no hay queja. Contábamos con que se sería peor”, cuenta Pablo Costa, continuador del legado familiar. Ahora volverán a bajar la persiana. ¿Hasta cuándo?: “No sé, a ver cómo va yendo la cosa”. Y es que Las ventas no empezaron bien –el Domingo de Ramos fue flojo–, pero luego empezaron a crecer y desde el martes ha sido un no parar para muchos de los panaderos y pasteleros de la comarca que se han adaptado a las nuevas circunstancias. De hecho, Barreiro hasta desplazó dos furgonetas a O Grove, a 30 kilómetros de su sede, en Pontearnelas (Ribadumia), y de camino fue interceptado por la Guardia Civil. “Preguntáronme a onde ía, expliqueille e me responderon se non había panaderías no Grove para comprar rosca, pero xa lle dixen: non todas son iguais. Teño repartido para restaurantes de alí e a xente coñece o produto” cuenta con orgullo y sin perder el humor a pesar de que desde hace días hace poco más que amasar: más de 400 kilos han pasado por sus manos solo para este postre típico. Y con este talante recorría ayer la comarca, incluyendo la casa de Raquel en Tremoedo (Vilanova) donde le esperaban ella, su padre, su hija, su yerno y tres pequeños deseosos de dulce.

 

“Orgulloso de la parroquia”

El párroco de Santa Mariña de Cambados, José Aldao, también se mostraba satisfecho a pesar de las circunstancias y de que una operación mayor lo mantiene convaleciente. Más concretamente: “Muy contento y orgulloso de esta parroquia, del ejemplo de comunidad y familia” que ha ofrecido estos días porque la respuesta a esta atípica celebración de Semana Santa fue “masiva”. A la vista de la imposibilidad de salir a la calle, el cura propuso hacerlo desde ventanas y balcones, con ramos, velas, linternas o la luz de sus móviles y los feligreses respondieron todos los días al recibir la señal: el repicar de las campanas. Además, el templo ofreció a diario algún gesto alusivo al día en cuestión. Tampoco hay que olvidar otras novedosas iniciativas como la emisión online de San Vicente de O Grove.

 

Misas problemáticas en Carril

Cabe recordar que el culto religioso está permitido, pero hay cierta indefinición en las medidas del decreto de alarma y por supuesto, no está permitido desplazarse para practicarlo. Esta situación ha provocado problemáticas en algunos templos en los últimos días y reiteradamente en Carril donde siguen acudiendo algunos fieles –pocos, ni media docena– y las autoridades policiales han tenido que acudir en varias ocasiones alertados por vecinos. La última fue ayer y la Policía Nacional trasladó a dos patrullas para notificar al cura la situación.

Una Semana Santa a domicilio, en las redes sociales y a ritmo de campanadas

Te puede interesar