Suspenden “sine die” el juicio por la desaparición del socio de Pelopincho

Suspenden “sine die” el juicio por la desaparición del socio de Pelopincho
Los cuatro acusados en la sesión de ayer, que finalmente fue suspendida “sine die” | efe/salvador sas

La Audiencia de Pontevedra suspendió ayer de manera indefinida el juicio contra cuatro arousanos acusados de haber participado en la desaparición de José Bernardo Villaverde Amil, presunto narcotraficante y socio de Pelopincho, en 2010, ante la falta de un testigo que la Fiscalía considera clave para esclarecer el caso. Se trata de la esposa de la víctima, que estaba citada para testificar, pero no se presentó en los juzgados y, según se ha podido averiguar, se encuentra residiendo en Bolivia.

Al no poder interrogarla, el Ministerio Público pidió el archivo provisional de la causa, al menos mientras no sea posible localizarla, una petición sobre la que los magistrados tendrán que decidir en unos días. El fiscal jefe de Pontevedra, Juan Carlos Aladro, entiende que esta mujer es un “testigo esencial” en torno a la cual “se desarrolla toda la trama”, por lo que aseguró que sin su declaración “no sería posible articular adecuadamente la acusación”.

Piden la absolución
A este respecto, la abogada Piedad Jara, que defiende a Fernando S.S., uno de los cuatro acusados por su presunta relación con esta desaparición, recordó que no es la primera vez que el juicio se suspende por la ausencia de esta testigo. Señaló que, debido a esta situación y a que la mujer “no tienen ningún interés” en colaborar con la justicia “ni dar norte” de dónde se encuentra su marido, la Audiencia debe dictar una sentencia absolutoria, ya que la Fiscalía “sabe que la única prueba que tiene” es el testimonio de una persona que “no quiere saber nada de este asunto”. La letrada también recordó que la justicia no puede emitir una orden internacional de búsqueda contra ella porque se trata de una testigo y no de un acusado.


La mujer que debía declarar este jueves en Pontevedra fue la persona que denunció en 2010 la desaparición de su esposo, que según los investigadores podría haber sido víctima de un ajuste de cuentas relacionado con el tráfico de drogas. Según su declaración inicial, los cuatro arousanos –Manuel S.F., alias Machucho, José Manuel F.T., Fernando S.S. y J.J.C.G.– se presentaron en el domicilio del matrimonio, situado en el barrio pontevedrés de Monte Porreiro, y se llevaron a Villaverde Amil en un coche.

Último contacto
El último contacto que mantuvo con su marido fue más tarde, cuando le llamó y le dijo que llegaría por la tarde, pero nunca más se supo de él. Tampoco del narcotraficante ribeirense José Antonio Pouso Rivas, Pelopincho, que también desapareció por aquellas fechas. Los investigadores siempre han sospechado que ambos fueron víctimas de un ajuste de cuentas por el malogrado alijo de hachís del barco “Gabri III”, que se hundió frente a las costas de Portugal poco antes de la desaparición de los dos, a los que se consideraban socios en este negocio ilegal.

La Fiscalía sostiene que los cuatro acusados se habían reunido el día anterior en Santiago de Compostela “para realizar los preparativos de la captura y desaparición” de José Bernardo Villaverde Amil y pedía para todos los implicados diez años de cárcel como autores de un delito de detención ilegal agravada.

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