Veneno para perros: una bomba de relojería también para las personas

Veneno para perros: una bomba de relojería también para las personas

El Centro de Acollida de Animais Abandonados de Armenteira (CAAN), dependiente de la Diputación, ha vuelto a salvar la vida de un perro abandonado que apareció con claros síntomas de envenenamiento. Nada se pudo hacer por otros dos canes que hallaron muertos junto al rescatado.
El animal ha recibido el nombre de Covelo –el ayuntamiento donde apareció– y se suma a la lista, cada vez más larga, de perros intoxicados por la colocación de venenos de todo tipo en la vía pública de una forma indiscriminada.
Una práctica que, además de estar tipificada como delito en el Código Penal, supone un grave riesgo para cualquier especie e incluso niños y personas mayores, porque “moitos velenos se absorben simplemente polo contacto coa pel”, informaron desde el CAAN.
“Covelo” tuvo suerte, pero ha necesitado hasta tres meses para recuperarse y está vivo gracias a la rápida intervención de los agentes de Medio Ambiente de la Xunta que lo encontraron junto a sus malogrados compañeros e inmediatamente dieron aviso al centro de acogida provincial.
No es la primera vez que este centro registra un caso de este tipo, ni tampoco otras entidades como las protectoras de animales que, en más de una ocasión, se han encontrado con trampas tóxicas para animales domésticos.
Así, se han visto desde trozos de carne envenenados hasta llenos de alfileres, como sucedió hace unos meses en Cambados. Una práctica peligrosa y que además responde a una conducta poco sensible hacia el mundo animal pues estos cócteles provocan una muerte lenta y dolorosa a quien los ingiere, que incluso pueden afectar también a los humanos.

Veneno para perros: una bomba de relojería también para las personas

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