Nervios socialistas

A la manifestación contra Ayuso, ciertamente nutrida, la coral mediática gubernamental se apresuró a adjudicarle 300.000 participantes. A la concentración contra Sánchez, visiblemente más numerosa al añadir un buen atestón por las calles adyacentes a la Cibeles, la aviaron con 30.000. De lo que se deduce que un manifestante de izquierdas cubica como poco por mas de diez que uno de derechas.


Si encima y además son animalistas, o de algún “ismo” de la cofradía, el plus añade, aparejada por cada participante, una cámara de televisión. Cuatro gatos y una pancarta, y cuatros canales en directo vienen a ser la ecuación. Sin embargo, si la marcha es agraria y de cazadores y aún pasando del medio millón, como la última vez, es gran favor que acuda alguno y eso para buscar si han hecho algún roto o se puede sacar alguna imagen que les degrade ante los ojos de la población. Si no dan con una papelera destrozada, que no la encontraron, se marchan muy frustrados.


En la del pasado domingo, amen de dividir por diez, la pieza a cazar era una bandera con aguilucho. Fue misión imposible o casi, pues la rojigualda española o iba limpia o con el pertinente aderezo del escudo constitucional, en las manos de los muchos que sí quisieron llevarla. Y los otros, a los que evidente que les produce repelús, tras dejarla en abandono y horfandad, dicen que se la quieren apropiar. Al perseguido y casi imposible avistamiento del aguilucho es a lo que se encomendaba la saqueadora María Jesús Montero, no confundir con la benefactora de los delincuentes sexuales, aunque el disparate lo votaron las dos, para descalificarla con gesto agrio y carita de darle asco. Esta señora solo parece feliz cuando anuncia que aún nos esquilma más los bolsillos cuanto más sube el precio de las cosas de comer. Fue sin embargo el mejor síntoma del éxito de la movilización.


Hay nervios en el Gobierno y en el PSOE. Y se les empieza a notar. La utilización sistemática del AGITPROP (Agitación, Prensa y Propaganda) sea a través del CIS, al que no se cree ya nadie, y quienes lo manipulan con obscenidad o desde la pléyade de medios afines, controlados o sumisos, con caídas cada vez mayores de crédito y audiencia.cada vez más marcada. El CIS se ha convertido en una “risión” y sus predicciones han sufrido un sistemático patadón en la boca en cada urna y ocasión, con Madrid y Andalucía como últimos y estruendosos ejemplos.


No parece tampoco que la prensa papagayo, cuyo cometido se resume en repetir lo dictado por el Gran Hermano y la Única Voz, esté logrando cumplir su misión. Llevan cinco meses diciendo como mantra y exorcismo que se muere el efecto Feijo y resulta que todos los sondeos, lo de Tezanos es otra cosa, particularmente los más recientes, le dan cada vez mejor. Y a ellos peor, incluso mucho peor, en las generales que en las municipales y autonómicas, donde los dirigentes locales pueden aguantar un algo más que Sánchez.


Si no le da a este por ponerse a irse a visitarlos con su Falcón. Hay zozobra y la percepción creciente, por mucho que proclamen lo contrario, es que una cierta limitación de daños en mayo, aún con perdidas dolorosas, es a lo más que pueden aspirar. Agitar el coco de la ultra derecha tras haber pactado ellos con Bildu, separatistas y extrema izquierda, solo cuela en los que ya están colados.

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