Yolanda Díaz, no suma, resta

Hace años que sigo la trayectoria política de una abogada laboralista que comenzó a incorporarse a los movimientos sociales, de calle fundamentalmente, y que fue alcanzado puestos de salida en las listas, tanto autonómicas como nacionales. Se trata de una trayectoria en la que muchos comentaristas, politólogos y analistas de los hechos políticos, entre ellos yo, consideramos que siempre se ha sabido arrimar al árbol- entiéndase político de turno con poder o trayectoria importante- que en cada momento le ha generado la mejor de las sombras para ir superando los peldaños de su trayectoria hasta llegar a la cima como, en este caso, es una vicepresidencia del Gobierno y un Ministerio.

Los últimos peldaños políticos los ha querido ascender siendo ella la protagonista y, sobre todo, la posible salvadora de la izquierda más alejada de los socialistas. Durante meses, después de un encuentro de mujeres con cargos públicos de relevancia que apoyaban su propuesta- entre ellas dos imputadas, Ada Colau y Mónica Oltra – se habló bastante del proceso en forma de plataforma hasta que se llegó a lo que se conoce como Sumar. Y yo me pregunto, ¿sumar qué? Si la iniciativa consigue los pésimos resultados alcanzados por tierras andaluzas, en los que tienen menos parlamentarios que partidos integraban la candidatura “Por Andalucía”, la cosa irá de mal en peor.

El revés andaluz para Yolanda Díaz supongo que le hará pensar en el futuro que le espera con una iniciativa de estas características, que tiene grandes signos de desgaste y muchos protagonismos personales antes de haber empezado a rodar y que pone de manifiesto que la propaganda y la utilización de determinados medios de comunicación afines es una cosa, y que los electores les voten otra totalmente distinta.

Comenzar desde abajo en política es una de las grandes experiencias y Yolanda Díaz siempre empezó por la cima porque los árboles de importantes lideres- solo citaré a dos, Xosé Manuel Beiras y Pablo Iglesias-le dieron buena sombra… Ni las Mareas, ni otros inventos políticos de parecidas características, la sacarán del pozo electoral en el que se encuentra en estos momentos. Porque sumar, lo que se dice sumar, nada de nada. 

Yolanda Díaz, no suma, resta

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