César Pereiro | “Nunca imaginé tener que tratar a tanta gente con dependencia al cannabis”

César Pereiro | “Nunca imaginé tener que tratar a tanta gente con dependencia al cannabis”
César Pereiro acaba de jubilarse tras varios decenios de actividad | Quintana

Después de toda una vida activa dedicada a dignificar la atención a los que sufren algún trastorno adictivo, César Pereiro es el idóneo para abordar desde la experiencia y el conocimiento la situación que atraviesa este ámbito, sobre todo a raíz de la crisis económica de 2008.

 

¿En qué ha cambiado el campo en el que usted es especialista en estos últimos treinta años?


Ha cambiado la asistencia a los trastornos adictivos, pues cuando me incorporé en A Coruña, en 1990, lo que preocupaba era la dependencia de la heroína y el sida. Una época demoledora para nuestros pacientes, en la que murió mucha gente. En aquellas salas de espera veíamos gente absolutamente deteriorada a nivel orgánico, y gente muy joven. Además, los recursos de los que disponíamos a nivel asistencial no estaban preparados para atenderles ni eran suficientes, y a todo eso había que añadirle el estigma social y el rechazo asociados al VIH. En este sentido, ha cambiado mucho porque al principio lo que veíamos eran pacientes con dependencia a la heroína, pero poco a poco, diría que a partir del primer decenio de los 2000, empezaron a aumentar los pacientes con dependencia a la cocaína, y en los últimos años, con dependencia al cannabis, que es algo que nunca pensé que sucedería. Si me lo cuenta cuando empecé, seguramente no me lo creería.

 

¿Varía mucho la manera de intervenir según la sustancia?


Frente a la heroína y otras adicciones como el alcohol, disponemos de herramientas farmacológicas importantes, pero para la cocaína y el cannabis no las tenemos, con lo que el tratamiento  se apoya solo en la intervención psicoterapéutica y los resultados son limitados, por eso es tan importante la prevención.

 

¿Es cierto que está aumentando el consumo de heroína en España?

 

Es algo que todavía no se ve. Lo que sí se ve son pacientes que han recaído, o que habían pasado a consumir coca y ahora vuelven a la heroína. Pero la incorporación de pacientes nuevos, ese resurgir de la heroína al que se apunta, no se acaba de constatar a pesar de que en algún momento lo temimos realmente…

 

¿Qué es lo que temen ahora mismo, lo que más les preocupa a los especialistas de cara al futuro?


Preocupa la posibilidad de que en nuestra comunidad lleguen a penetrar los opiáceos sintéticos como penetraron en otros lugares de Europa, particularmente en los países escandinavos y en Holanda. Son opiáceos muy potentes y frente a los cuales, los fármacos de los que disponemos tienen una eficacia, al menos de momento, bastante limitada. Eso y todo lo que tiene que ver con las drogas sintéticas de nueva creación nos preocupa.

 

Estuvo casi cuarenta años trabajando en adicciones, salvo el impasse que lo llevó hasta Ferrol, en la Unidad Asistencial de Aclad (Asociación Ciudadana de Lucha contra la Droga) en A Coruña, que dirigió desde 1992 a 2009. En ese tiempo ¿Vivió alguna época especialmente complicada?


Los peores momentos que tuvimos no estuvieron relacionados con la asistencia sino con la gestión. Si algo me ha caracterizado durante todos estos años, y creo que es una de las cosas que mis compañeros más han valorado en mí, ha sido mi defensa de la integración de la asistencia a las drogodependencias en la red asistencial general y, durante muchos años y sigue siendo así, la atención a las adicciones se ha gestionado desde entidades en el caso de Galicia particularmente desde ayuntamientos y ONGs, que han visto –o incluso ven– muy limitada su capacidad económica para atender las necesidades que tienen. Entonces, no puedo negar que hemos pasado apuros económicos importantes, principalmente desde la crisis de 2008, en que se recortaron las inversiones en adicciones, los servicios están muy limitados en cuanto a las necesidades que deben de cubrirse porque creo que existe un déficit importante de profesionales en algunas áreas.

 

¿Alguna en concreto?

 

Sobre todo en las comunidades terapéuticas, que son los recursos de los que disponemos en la red asistencial para poder atender a los pacientes en régimen de ingreso. El déficit de personal es imperdonable y no alcanzo a entender como se puede consentir esto. Es decir, que en una unidad o servicio en la que se tiene un volumen relativamente importante de pacientes ingresados, digamos unos catorce o veinte, con un trastorno adictivo –en muchos casos, además, con un trastorno mental severo– se esté atendiendo con los escasos recursos que tienen y las carencias de personal que se dan, es lamentable. Los profesionales que nos dedicamos a esto de las adicciones, a los recursos  con los que cuenta Galicia lo llamamos la red asistencial.

 

Háblenos de esa red asistencial.

 

Es una manera coloquial de referirnos a todo aquello que tiene que ver con el tratamiento de trastornos adictivos, todos conveniados con la Xunta, porque no se tienen recursos propios  prácticamente... Las ONG son las que soportan un mayor volumen asistencial. Esta red es como la del circo que lo que hace es evitar que si alguien cae, no se lastime, pues es el sistema de protección que tienen los que caen en un trastorno adictivo para minimizar sus lesiones... Pero esa red, sobre todo a raíz de la crisis, empieza a tener agujeros y a veces ya no sirve para la función que tiene encomendada. Algunas unidades llevan años sin profesionales... Eso en otras unidades sería impensable. Ahora parece que están empezando a rectificar, que ya hablan de integrar los servicios, sobre todo los que prestan los ayuntamientos, en la red asistencial general. No sé ha dicho nada aún de las ONG, pero tiene que abordarse porque sino sería un desastre.

 

También se habla mucho de un Plan Integral Salud Mental... 


Efectivamente, pero una cosa es el papel y otra la que se ejecuta... He visto muchos planes que nunca se aplicaron. Es cierto que con esto de la salud mental, y sobre todo a raíz de la intervención de un diputado en Madrid, se está empezando a divulgar la necesidad de actuar. Pero hasta ahora siempre ha estado en el vagón de cola de la sanidad. 

César Pereiro | “Nunca imaginé tener que tratar a tanta gente con dependencia al cannabis”

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