De Roma a Santiago a pie por una buena causa

De Roma a Santiago a pie por una buena causa

Jon Karla Bilbao, de 54 años, rcorrerá 107 etapas desde capital de Italia hasta la ciudad gallega donde tiene previsto llegar a finales de junio, entre el 25 y el 30. Cuatro meses de aventura en los que el alavés caminará junto a un amigo argentino, Jorge Romeo, sin equipo de apoyo, ellos y sus mochilas, porque se trata de vivir la experiencia, los pueblos y sus gentes, y pisar la calle.

Bilbao sufrió en 2013 un infarto que le mantuvo en parada cardíaca varios minutos y le provocó falta de oxígeno en el cerebro y lesiones neurológicas, algunas de las cuales perduran en la actualidad, como los “bloqueos” mentales que en ocasiones sufre, en los que no sabe quién es, dónde está ni qué está haciendo.

Fue “un antes y un después” en su vida, relató este alavés, afincado en Nanclares de la Oca, quien antes de ese infarto ya había hecho el Camino cinco veces y que después ha vuelto a hacerlo en otras tres ocasiones.

De hecho hace dos años, en una de esas peregrinaciones, es cuando se planteó la posibilidad de hacer algo “especial” para agradecer y dar a conocer el trabajo de los miembros de la Asociación de Daño Cerebral Adquirido (Atece) de Álava, de la que forma parte, visibilizar esta lesión y recaudar fondos para este colectivo. Así nació el proyecto “Abriendo camino al DCA” entre Roma y Santiago.

Bilbao indicó que los gastos de este viaje (manutención y alojamiento) los sufragarán él y su acompañante de aventura y el dinero que se recaude con aportaciones voluntarias que se pueden hacer “apadrinando” alguno de los 2.723 kilómetros de la ruta irá destinado íntegramente a Atece Álava. En la página web de la asociación se pueden hacer las donaciones y también se ofrecerá información sobre dónde está en cada momento Bilbao, quien sale hoy hacia Roma.

En la capital italiana se reunirá con miembros de una asociación de daño cerebral adquirido para compartir con ellos este proyecto y asistirá a la bendición a los peregrinos que el papa hace los miércoles en la Plaza de San Pedro. Bilbao sabe que el camino no va a ser fácil, que en los Pirineos afrontarán etapas de unos 35 kilómetros con importantes desniveles, y que todavía les pueden llegar días de pleno invierno ya que este se ha dejado ver poco este año.

Sin embargo su ilusión y la ganas de “agarrarse a la vida” es lo que le mueve, un mensaje que también quiere trasladar a toda esa gente que tras un ictus o un infarto se ve limitada. “Cada uno tiene que buscar algo que le ilusione”. “Animo a todos a que sueñen y conviertan en realidad ese sueño”, enfatizó Bilbao, quien ha reconocido que para él ese motor es el Camino de Santiago, una experiencia que disfruta siempre como si fuera la primera vez.

De Roma a Santiago a pie por una buena causa

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