Joaquín Sabina enamora con sus "500 noches para una crisis"

Joaquín Sabina enamora con sus "500 noches para una crisis"
El cantante y compositor, Joaquín Sabina, durante el concierto que ha ofrecido esta noche el polideportivo Pisuerga de Valladolid, incluido en su gira "500 noches para una crisis". EFE

 El cantante Joaquín Sabina ha enamorado hoy al público de Valladolid con un concierto de dos horas y media enmarcado dentro de la gira "500 noches para una crisis", al que han asistido unas 4.500 personas.

A las diez de la noche el "flaco" saltaba al escenario instalado en el polideportivo Pisuerga, un recinto lleno al completo de público de diferentes edades y es que a los seguidores del jienense no les ha importado que el concierto se haya celebrado en jueves y agotaron las entradas hace días.

Ataviado con bombín y acompañado por su banda habitual, el cantante prometía desde el inicio una velada de esas que permanecen en el recuerdo gracias tanto al repertorio y a la puesta en escena como a la complicidad de los músicos con los asistentes.

Sabina regresaba a Valladolid cinco años después de su última actuación en solitario en la ciudad en la segunda parada de su gira denominada "500 noches para una crisis", un homenaje a los quince años de la publicación de uno de sus mejores trabajos, "19 días y 500 noches".

Precisamente con la canción que da título al álbum homenajeado, los más de 4.500 asistentes empezaron a acompañar con su voz al de Úbeda, que eligió dibujos elaborados por él mismo para proyectarlos tras el escenario para esta gira de conciertos.

"Es un gustazo estar aquí de vuelta. Es conmovedor ver que, a pesar de la que está cayendo, ustedes siguen ahí compartiendo nuestras cancioncillas", confesó el cantante al público, tras cantar "Barbie superstar".

Uno de los momentos más especiales de la noche llegó cuando Sabina interpretó junto a Mara Barros "Una canción para la Magdalena" encandilando a un público formado por chavales y adultos, y es que el jienense es capaz de hacer disfrutar en un concierto a personas de todas las edades.

También hubo un homenaje a "un tipo" que influyó "decisivamente" en que Joaquín Sabina acabase dedicándose a la música, Bob Dylan, al que el cantante calificó como el "viejo juglar de Minesota" y de cuya canción "It ain't me Babe" ha presentado una versión en español.

Sus músicos habituales, que han sido parte fundamental en su carrera, tuvieron un protagonismo especial e interpretaron sin el "flaco" algunas canciones como "El caso de la rubia platino", cantada por Jaime Asua, "Conductores suicidas", de la que se encargó Pancho Varona, o "Tan joven y tan viejo", interpretada por Antonio García de Diego.

No faltaron a la cita canciones de otros discos como "Más de cien mentiras", "Y sin embargo" y "Princesa", canción tras la cual un público entregado ya no volvió a sentarse en sus asientos.

El cantante derrochó una fuerza, energía y vitalidad que los miles de asistentes supieron agradecerle con una fuerte ovación tras dos horas y media de una actuación, que finalizó con la canción "Pastillas para no soñar".

Tras el concierto de Valladolid, Joaquín Sabina actuará por diferentes ciudades de España hasta el 25 de abril y continuará su gira por Latinoamérica.

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